A dos meses de concluir 2024, el ubicado en superó las épocas de calor, sequía y lluvias y ya presenta hojas cafés para resistir las bajas temperaturas del invierno.

La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) calificó al ejemplar como un “árbol vigoroso”, con un desarrollo “bueno”, libre de plagas, enfermedades y tiene nuevas ramas.

La Dirección General del Sistema de Áreas Naturales, Protegidas y Áreas de Valor Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente informó vía transparencia a EL UNIVERSAL que hasta el mes de octubre de este 2024 el segundo ahuehuete que fue trasplantado el 19 de mayo de 2023 presenta follaje suficiente y hojas color verde en toda su estructura, acorde con la especie.

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A un año y cinco meses de ser plantado tiene “brotes vegetativos, formando nuevas ramas de 30 a 40 centímetros, libre de plagas y enfermedades, indicando que la salud y vigor del árbol son aceptables, o sea, que su desarrollo es bueno”, remarcó la dependencia.

Durante las recientes lluvias que se registraron, la Sedema explicó que el árbol no recibió riegos, ya que el agua es vital para este ejemplar, por lo que las precipitaciones favorecieron la presencia de humedad.

“El ahuehuete no recibe ningún riego, debido a que el temporal de lluvias ha mantenido constante la humedad del suelo, que requiere el árbol para su desarrollo. Eso se comprueba con visitas continuas para verificar la humedad del cajete”.

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La vigilancia del ejemplar está a cargo de “personal de la Sedema, incluyendo ocho personas de campo y un cabo”. Además, la instancia del Gobierno capitalino indicó que a la fecha el árbol “no ha sufrido daño mecánico alguno, ya que se encuentra resguardado por un tapial metálico y el acceso es controlado”.

Informó que sobre los cuidados se llevan a cabo deshierbes continuos de manera manual, además el repicaje para descompactar y airear el suelo y la aplicación de fungicidas al suelo de manera preventiva contra patógenos.

“También se realizó el despunte de ramas con la finalidad de distribuir el peso de las ramas y vigor, se ajustaron los tirantes para fijar el árbol, se monitorea el estado de salud presente, el cual al momento es aceptable”.

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Lo que viene para el invierno

La Sedema detalló que ante la llegada del invierno continuará con el monitoreo de la estructura y follaje del árbol, así como del suelo y se realizará un riego por semana. Respecto a las bajas temperaturas que pudieran suscitarse, la dependencia aseguró que “no tenemos problema, ya que el árbol es semicaducifolio de clima templado frío, o sea, condiciones de su hábitat natural”.

El término semicaducifolio se refiere a la pérdida de follaje por un periodo muy corto, es decir, cuando las hojas viejas se caen y comienza el crecimiento del nuevo.

Explicó que el árbol ya presenta hojas color café, un mecanismo que los árboles utilizan para enfrentar las bajas temperaturas del otoño e invierno.

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“El árbol se encuentra en avanzado proceso de adaptación y continuaremos con su mantenimiento y cuidado para su establecimiento definitivo. Tiene un buen desarrollo de acuerdo con los indicadores de salud, follaje y estructura general, es un árbol vigoroso, por lo que se infiere que la raíz absorbe nutrientes y agua como es su función a la parte aérea, los elementos necesarios para la fisiología del árbol”.

También sorteó el calor y la sequía

El 8 de junio pasado, este diario informó que pese a las olas de calor, el ejemplar reportó crecimientos vegetativos entre 20 a 35 centímetros de longitud en la parte apical (punta), además de que era supervisado por 10 especialistas, entre agrónomos, biólogos y fitopatólogos.

Para hacer frente al temporal, donde se registraron temperaturas altas, el ejemplar recibió alrededor de dos riegos semanales, adicionales a lo que definieron los expertos, ya que cuenta con un sistema de riego propio ubicado en la glorieta donde está sembrado y que se programa para el suministro de líquido vital, de acuerdo con las condiciones del clima.

Este mecanismo de riego garantiza, explicó la dependencia, que se cubra la necesidad de humedad en el suelo que el árbol requiere para su desarrollo.

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El jefe de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad La Salle, Adalberto Jurado Hernández, explicó que “son buenos síntomas” y el hecho de que no cuente con plagas “ya es ganancia”.

Remarcó que aún es pronto para decir que ya se estableció, por lo que es recomendable seguir con el monitoreo. Destacó que el periodo de lluvia fue benéfico y ayudó “para que la frecuencia de riego no fuese tanta como lo que suele demandar. Es un árbol que necesita de agua”.

Sobre el invierno, resaltó que habrá leves cambios en las hojas del árbol, “hay que seguirlo cuidando y mantener buen riego”, concluyó el experto.

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