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Al ver su antebrazo envuelto en vendas, el pequeño Yael pregunta a su padre: “¿Cuándo me va a crecer mi manita?”. No comprende que la amputación que vivió en una de las escaleras eléctricas del Metro Tacubaya lo obligará a modificar su futuro.
El pequeño de cinco años visitó el zoológico de Chapultepec, de donde salió acompañado de sus padres rumbo al Metro. Al llegar a la estación de trasbordo de Tacubaya de la Línea 7, descendieron por las esclareas eléctricas, las más largas del Sistema de Transporte Colectivo, donde su vida cambió, relató Is Bocet Rodríguez, padre del niño.
Médicos del Hospital de Traumatología del IMSS Lomas Verdes señalaron que el pequeño sufrió amputación traumática, por lo que especialistas poco o nada pudieron hacer para que recuperara su mano, toda vez que las escaleras del Metro al parecer no sólo cercenaron, además terminaron con la posibilidad de reconstruir y unir los tendones de su pequeña extremidad.
“Dentro de todo lo malo, afortunadamente fue su manita derecha, porque el niño es zurdo”, señaló su padre, quien relató que él llevaba al pequeño de la mano y la mamá iba atrás de ellos en las escaleras del Metro Tacubaya, cuando el niño se agachó por algo que se cayó y sus dedos quedaron atrapados entre los escalones.
“Fue un momento de desesperación, las escaleras del Metro no tienen botón de alarma o señalamiento que indique el sitio donde se puede detener la operación de las escaleras, nadie nos auxilió, fue un pasajero el que llamó una ambulancia; los policías aparecieron mucho después y en lugar de apoyar, nos gritaron y respondieron de forma violenta”, señaló Is Bocet.
Paramédicos de la Cruz Roja tras-ladaron al niño de cinco años al Hospital de Traumatología de Lomas Verdes, donde médicos lo estabilizaron y donde Is Bocet escuchó a su pequeño preguntarle, mientras mostraba su antebrazo envuelto en vendajes: “Papá, ¿cuándo me va a crecer mi manita?”.
Yael entraría este lunes a la escuela, al tercer año de preescolar, lo cual no ocurrirá porque permanecerá internado en un hospital del IMSS, donde médicos especialistas supervisarán la evolución de la lesión, tras sufrir la amputación de su mano derecha, y posteriormente evaluarán la posibilidad de recibir una prótesis y terapias de rehabilitación, informó su padre, consternado.
El pequeño vivía en Playa del Carmen, donde creció junto al mar nadando como un pequeño tritón; llegó a la Ciudad de México hace unos días, por eso fue a conocer el zoológico de Chapultepec, donde quería ver a los pingüinos. Subir al Metro para él también fue una aventura…. que terminó en tragedia, lamentó su padre.