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rebeca.jimenez@eluniversal.com.mx
Naucalpan, Méx.— Más de 100 familias afectadas por el desbordamiento del río Hondo, en Ribera de Echegaray y Pastores, viven en zozobra ante el riesgo de nuevas inundaciones, pues a un año de que el agua irrumpió en sus casas, arrastró y sepultó medio centenar de autos, no ven concluidas obras de elevación de taludes, desazolve del cauce y mucho menos el pago de daños.
En un recorrido que realizó EL UNIVERSAL por el río Hondo, a lo largo de un kilómetro de este cauce, vecinos de Pastores y Ribera de Echegaray, representados por Alina Mateos, Alejandro Pacheco e Ileana Guzmán Torres, señalaron trabajos inconclusos y deficientes, que mantienen el riesgo de más desbordamientos.
El 28 de junio de 2017, el desbordamiento del río Hondo dejó llenas de agua, lodo y tierra 120 casas, donde vecinos perdieron mobiliario, documentos y un centenar de autos que fueron arrastrados.
El desbordamiento se registró debido a que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México bombeó un excedente de agua de lluvia procedente de Polanco y de Periférico Norte hacia el río Hondo, en el cruce con la avenida 16 de septiembre, donde la dependencia maneja y controla una planta de bombeo en territorio naucalpense, explicó la ingeniera Ileana Guzmán Torres.
A un año, el río Hondo no ha sido desazolvado, los taludes que debieron estar terminados en noviembre de 2017 aún están inconclusos; la constructora responsable de los trabajos dejó montones de arena y tierra, que se deslavan constantemente en cada lluvia o viento y están en riesgo de caer sobre las casas, en caso de un nuevo desbordamiento, apuntó Alejandro Pacheco.
En cada tormenta, como la del 14 de junio pasado, el nivel del agua del río llega a la orilla de tres puentes viales que cruzan el río Hondo, como el de Echegaray, que quedó por debajo del nivel de los taludes, donde se atoran ramas y basura que arrastra el agua y donde cruzan tuberías de gas y líneas de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad, cuya ruptura aumenta el riesgo de una fuga y explosión, por lo que debe ser sobre elevado, para lo cual la Comisión del Agua del Estado de México habría obtenido recursos por más de 178 millones 779 mil pesos del Fideicomiso 1928, cuyas obras ni siquiera han iniciado.