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emilio.fernandez@eluniversal.com.mx
Otumba, Méx.— Residentes del poblado de San Francisco Tlaltica, en el municipio de Otumba, “tomaron” las instalaciones de una de las minas que es explotada para la extracción de materiales que son utilizados para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM); denunciaron que las explosiones con dinamita que llevan a cabo los empleados en ese lugar han causado daños en sus viviendas que se encuentran en las inmediaciones.
“Este es nuestro patrimonio, nuestras casas las construimos con un gran esfuerzo y no es justo que por culpa de las explosiones de la mina ahora nos dejen sin techo”, acusó una de las vecinas de la comunidad, quien pidió no revelar su identidad.
En varios videos que los pobladores han grabado se observa que los trabajadores detonan el material explosivo sin medidas de seguridad, lo que pone en riesgo a los habitantes.
Las detonaciones, a 150 metros, se presentan a cualquier hora del día y desde hace dos años sin que alguna autoridad vigile las condiciones en las que llevan a cabo, acusan.
Los moradores reconocieron que viven en preocupación constante porque sus propiedades han sufrido daños estructurales y temen que se puedan derrumbar.
Por el peligro que representa para las familias de San Francisco Tlaltica, un grupo de residentes se apostó en la mina Coconal para impedir que los empleados continuaran con la obtención de basalto, pues las explosiones han dañado unos 30 inmuebles.
En octubre pasado los habitantes también cerraron los accesos a la mina para exigir a la empresa que la explota que respondiera por los daños que ha provocado a las viviendas.
Uno de los representantes de la compañía se comprometió a que los inmuebles serían reparados y hasta visitó casa por casa para ver el material que se requiere para arreglarlas, pero eso no ha ocurrido.
Prometieron que entregarían varillas, cemento, tabiques y otros materiales a las familias afectadas, pero ya transcurrieron seis meses y no han cumplido lo que ofrecieron, se quejaron los inconformes.
Por el polvo constante que generan las góndolas que trasladan los materiales para la edificación del NAIM, algunos de los vecinos presentan problemas de salud, sobre todo los niños y adultos mayores.