Almoloya de Juárez, Méx.— Marcelino Medina Galván, originario de San Mateo Tlalchichilpan, en Almoloya de Juárez, ha participado cada año en el concurso de Judas que convoca la Secretaría de Cultura del Estado de México para elaborar una muestra que después se convierte en la quema de las esculturas de papel, madera, cartón y pólvora; sin embargo, debido a la pandemia, este año sólo habrá una exposición.
Como cada temporada, Marcelino desarrolla su escultura con base en las problemáticas que enfrenta la sociedad, y este año será sobre la pandemia y su figura se llamará Judas-Covid, el azote de la humanidad.
La tradición de los Judas inició hace 28 años, creado por Luis Nishizawa con el propósito de mostrar el talento de los artesanos mexiquenses del ramo de la pirotecnia, que se hace en el marco de la Semana Santa durante el Sábado de Gloria, compartió Ivett Tinoco García, directora general de Patrimonio y Servicios Culturales.
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Explicó que este año las piezas tendrán una estructura metálica básica para que se sostengan por sí solas, porque habrá una exposición al aire libre en el Centro Cultural Mexiquense.
Para esta edición se contará con una única categoría, el Judas tradicional, y las figuras participantes deberán tener una altura de dos a tres metros, y 2.30 metros de ancho, así como un recubrimiento especial para que resistan las condiciones climatológicas.
Por su parte, Margarito, uno de los 5 mil trabajadores de 150 talleres pirotécnicos en el municipio localizado en el Valle de Toluca, dijo que igual que los pirotécnicos de Tultepec y otras 60 localidades dedicadas a esta actividad en la entidad, se tuvo que adaptar a las nuevas modalidades de la convocatoria, pues la quema de las figuras el Domingo de Resurrección tenía como premisa “eliminar el mal” mientras se consumían las figuras en el fuego, pero ahora tienen “fe de erradicarlo de otra forma”.
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Marcelino dijo que la cancelación de la quema de las figuras significa un “poco perder la tradición de los pirotécnicos”, pero también que deben adaptarse a las circunstancias, pues “yo me cuido, nos cuidamos todos” y cancelar la asistencia al centro de Toluca, en la Plaza de Los Mártires, donde se desarrollaba la quema, es la mejor forma de prevenir el contagio del virus del SARS-CoV-2.
La base de los trabajos, aseguró, es el bambú y el cañaveral, aunque algunos combinan sus figuras con cartón y madera, pero siempre llevaba pólvora, porque el objetivo era encender las piezas hasta consumirse totalmente, pero este año la Secretaría de Cultura pidió que lleve un alma de metal, que les permita sostenerse y formar parte de la muestra en el Museo Nishizawa.
“Mis nietos me ayudan a poner el engrudo, a colocar los papeles. Nosotros nos tardamos hasta uno o dos meses en concluir la figura; deben incluirse entre 100 y 200 gramos de pólvora, con base en los lineamientos”, precisó.