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rebeca.jimenez@eluniversal.com.mx
Muros cuarteados, un poste inclinado con un transformador apunto de caer, ventanas y barandales desprendidos e inclinación de salones, son daños que preocupan y señalan padres de familia de la Escuela Secundaria Técnica Industrial (ESTI) 99 Guillermo González Camarena, en El Torito, que exigen a gritos a la directora del plantel el dictamen estructural que garantice la seguridad de sus hijos que regresaron a clases.
En asamblea, aproximadamente 200 padres de familia cuestionaron la reactivación de clases sin que exista un dictamen oficial por escrito que garantice que esta escuela no tiene daño estructural.
El “Dictamen de No Riesgo” estructural que está colocado en la puerta del ESTI, fue realizado por Protección Civil de Naucalpan, y corresponde al Colegio de Bachillerato Tecnológico número de 2, que opera en el mismo inmueble en el turno vespertino, pero no corresponde al de la ESTI 99 a la que asisten 617 alumnos en el turno matutino, señalaron.
Las clases de esta secundaria técnica industrial se reanudaron el lunes, “pero lo que nos es preocupa son las condiciones de la escuela”, que fue construida en una zona de riesgo, en un terreno que fue relleno de basura y cascajo; la barda de casi 50 metros de largo que está cuarteada y tiene separaciones significativas; el poste inclinado con un transformador que está en el interior del plantel casi a punto de caer. Además, los muros tiemblan en talleres como el de electricidad, y hay inclinaciones en el laboratorio, enumeró Miriam Vargas y Moisés Sánchez junto con un numeroso grupo de madres de inconformes.
“Las bardas se mueven, un temblor y se caen, hay ventanas y barandales desprendidas, estamos de acuerdo con que las clases se reactiven, pero no en condiciones de riesgo”, reiteraron.
La directora María Martha Vargas Vega respondió que “el supervisor Sergio Ángel López García, me ordenó reactivar clases a través de un mensaje de teléfono”.