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rebeca.jimenez@eluniversal.com.mx
Naucalpan, Méx.— “¡Te la juegas al subir a un camión o microbús en el Estado de México!”, señaló Leslie, una joven que todos los días se traslada de Nicolás Romero hacia el Metro Cuatro Caminos o a El Rosario, para llegar a la Ciudad de México.
Ella ha sido despojada de dinero, celulares e identificaciones, en alguno de los 9 mil 77 asaltos violentos a transporte público colectivo denunciados ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) que da a conocer el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) en su estadística de 2018, similar a la de 2017.
El Estado de México concentra 64% de las 14 mil 127 denuncias registradas en el país en 2018, de acuerdo a la estadística del SNSP.
Por ello es que la mayoría de los 17 millones de habitantes del Estado de México, donde no hay sistemas de transporte masivo eficientes y seguros, es un vía crucis trasladarse de un punto a otro en unidades viejas, sucias e inseguras y muchas veces piratas, que carecen de placas y permisos para operar como transporte público de pasajeros, pero que están rotuladas como si tuvieran su registro.
“Antes de salir, respiro profundo y pienso si traigo mi ‘kit’ de seguridad que es traer un billete para lo indispensable, nada de joyas y un celular barato”, afirmó Guadalupe, quien trabaja como secretaria y viaja de Ecatepec a Metro Indios Verdes.
“¡Te la juegas! porque ya no sabes ni quién es ratero, pueden venir muy limpiecitos y de repente sacan la pistola”, dijo Leslie, quien accedió a platicar sin detenerse mientras caminaba por los andenes del paradero norte del Metro Cuatro Caminos, donde nadie se atreve a caminar y sacar el celular.