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Texcoco, Méx.- En la comunidad indígena de San Jerónimo Amanalco fue sepultado el líder comunitario, Benito Peralta Arias, quien había denunciado la operación de un grupo organizado dedicado al “huachicol” en su localidad; al sepelio acudieron más de mil personas en plena contingencia sanitaria generada por el Covid- 19.
Peralta Arias, desapareció el 21 de febrero cuando unos sujetos armados lo subieron a un vehículo y sus vecinos no supieron nada de él, hasta el pasado 13 de marzo, cuando fue localizado un cuerpo en avanzado estado de putrefacción con sus características en el municipio de Otumba.
Después de dos semanas de pruebas genéticas y de confirmar que se trataba de él, finalmente sus restos fueron entregados a sus familiares, quienes lo sepultaron en el poblado, ubicado en la montaña de Texcoco.
Luego de la desaparición de Benito Peralta, quien formaba parte del Comité de Seguridad de la comunidad, los habitantes, la mayoría de ellos de origen náhuatl, efectuaron protestas y bloqueos carreteros para exigir que las autoridades de los tres niveles de gobierno lo localizaran con vida.
Antes de que fuera “levantado” había denunciado que en esa región opera una banda huachicolera que presuntamente estaría coludida con elementos de la policía local para extraer y comercializar, a través de una empresa gasera, ubicada en San Jerónimo, el hidrocarburo que roban de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Ese mismo grupo delictivo, acusaron los pobladores, fue el que lo habría privado de su libertad.
Los últimos días de febrero el ayuntamiento texcocano clausuró la gasera que funcionaba en San Jerónimo porque lo hacía sin los permisos requeridos.
Durante el sepelio de Benito Peralta se congregaron cientos de residentes para darle el último adiós, pero no acataron las disposiciones sanitarias recomendadas por la Secretaría de Salud para evitar riesgo de contacto de coronavirus.
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