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Toluca, Méx.— Sergio “N” obtuvo la sentencia más alta en el país por el delito de trata en su modalidad de esclavitud y mendicidad forzada: 33 años, ocho meses y 29 días de prisión, además del pago de 438 mil pesos por multas y 70 mil pesos por reparación del daño, informó el titular de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), Alejandro Gómez Sánchez.

Además, su presunto cómplice, Juan Manuel “N”, permanece en proceso por los mismos cargos.

En octubre de 2015, la fiscalía recibió una denuncia sobre que en un inmueble de la calle de Tepozanes, en la colonia El Magueyal, municipio de Tlalmanalco, una supuesta fundación albergaba a 28 personas entre gente de la tercera edad, adultos y menores de edad, entre 15 y 80 años de edad.

El día 23 de ese año y mes se llevó a cabo un operativo por parte de personal de la Central de Delitos vinculados a la Violencia de Género con sede en Amecameca, quienes al ingresar al inmueble encontraron personas acostadas en el suelo, camas y colchonetas, en estado de desnutrición, golpeadas, y algunas de ellas tenían diversas discapacidades mentales.

Gómez Sánchez precisó que todos estaban en malas condiciones de higiene, algunos desnudos, el inmueble no estaba construido en su totalidad, incluso había una gran parte en obra negra.

Al interior, dijo, había frutas, verduras y otros alimentos en estado de descomposición, así como pocas condiciones de limpieza en las recámaras donde se percibía un fuerte olor a orina y heces fecales.

El día que se realizó el operativo fueron rescatadas 28 personas, y con el avance en la investigación determinaron que al menos 17 de ellos presentaban factores de vulnerabilidad, propios del delito de trata de personas, aunque ese día durante el operativo no hubo detenidos.

El fiscal especificó que Sergio “N” era el encargado de encadenar a las víctimas para que no huyeran, y a los que se encontraban en mejores condiciones físicas y sicológicas, las llevaba el sábado al tianguis de Miraflores en Chalco, donde las obligaba a recolectar cartón, plástico, frutas, verduras y ropa; a otros los mandaban a pedir limosna.

A quienes incumplían las órdenes o no lograban las metas exigidas por los hombres, eran sometidos a castigos y golpes.

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