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metropoli@eluniversal.com.mx
San Mateo Atenco, Méx.— En el municipio de San Mateo Atenco, la cantidad de agua, que cayó ayer por la madrugada, combinada con la basura acumulada en el cauce del río Lerma provocó una fractura en el bordo del margen izquierdo, por lo que se inundaron zonas de cultivo y viviendas, informó Víctor Manuel Romero Calzada, director de Protección Civil del ayuntamiento.
Tras atender la emergencia, las autoridades iniciaron un censo de damnificados para calcular los daños. El gobierno del Estado de México reportó que fueron 600 casas dañadas y 2 mil 668 personas afectadas.
Sin embargo, el ayuntamiento informó que fueron mil 200 casas con daño y 4 mil 200 damnificados.
Ante la inundación, la mayoría de los damnificados decidieron permanecer en sus viviendas por temor a la rapiña, a pesar de las condiciones adversas, puesto que el agua anegada es fétida, se mezcla con la tierra y muchas veces la corriente lleva animales, como perros muertos o ratas.
Los daños se produjeron a la altura de la Unidad Deportiva, por lo que autoridades de los tres niveles de gobierno, además de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), acudieron para atender la emergencia y rescatar a las personas de las azoteas.
Se trata de una zona federal en la que no debería haber asentamientos humanos, pero que desde hace 20 años se establecieron, dijo Romero.
El funcionario municipal admitió que la presente administración únicamente puede notificar a los habitantes sobre el peligro que corren cada temporada de lluvias, toda vez que los niveles del Lerma se elevan y las construcciones se encuentran muy cercanas al cauce, pero las personas decidieron habitar en el lugar a pesar de la advertencia.
Los afectados alegaron que cada año registran los mismos daños, razón por la que deben deshacerse de muebles y ropa cada vez que hay precipitaciones. Además, dijeron que no tienen otro sitio donde vivir, por lo tanto no pueden dejar sus casas.
La Comisión de Agua del Estado de México (CAEM) informó que los daños se concentraron en los barrios de San Luquitas, San Pedrito, San Nicolás y Santiaguito, por lo que el DIF mexiquense puso a disposición ocho Unidades Médicas y 200 brigadistas para apoyar a las familias, quienes requirieron tanto limpieza de su vivienda, cuidado de su salud y atención en los espacios dispuestos para que pernocten los damnificados.
Acciones. Autoridades estatales informaron que el agua alcanzó entre 10 a 80 centímetros de altura, por lo que la CAEM activó los protocolos para controlar el escurrimiento. La gente comenzó desde la madrugada a paliar el líquido que entró por las puertas y que invadió las salas, recámaras, muebles de cocina y colchones.
El gobernador Alfredo del Mazo Maza informó que fueron dispuestos cuatro albergues y cocinas en la parroquia de San Mateo, en la capilla de San Lucas, en el DIF municipal y en la Casa de Cultura.
La sede del DIF municipal será el centro de acopio para recibir agua y alimentos no perecederos.
El director de Protección Civil informó que este mismo sábado concluyeron con los trabajos de reparación de la fractura, donde colocaron costales para impedir la salida del agua y contener la corriente.
Al lugar de los daños acudieron integrantes del gabinete para brindar apoyo a la población y determinar las acciones a seguir.