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Rosalinda Esthefanie Morales García, de 29 años, desapareció el 14 de diciembre. El último mensaje que envió vía WhatsApp fue a una amiga, diciéndole que abordó un taxi y que el conductor le impidió descender. Pasaron más de 24 horas de su desaparición y no hay datos sobre su paradero, nadie ha llamado a sus papás para pedir rescate y temen que algo grave haya ocurrido.
Ella es trabajadora del Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca, contó su mamá Rosy “N”. La mañana del jueves su papá la fue a dejar al trabajo; ella acostumbraba entrar muy temprano y checar entrada.
Ahora saben que cerca del mediodía pidió permiso para salir por “un problema familiar”. Según sus compañeras de trabajo, la escucharon discutir presuntamente con el padre de su hijo vía telefónica.
Su madre se enteró sobre su desaparición a las 21:00 horas del jueves, cuando una compañera del trabajo de su hija fue a verla a su domicilio, para platicarle que recibió el mensaje diciendo “me levantó un taxi en Metepec y el chofer no me deja bajar”. Fue la última vez que hubo contacto con su amiga, con quien se iba a encontrar a las 19:00 horas, de modo que al no verla llegar acudió con sus padres.
“Nos dijo eso, de inmediato fuimos a la Fiscalía para levantar la denuncia”, dicen sus padres. La última vez que alguien la vio fue en la avenida López Portillo, esperando a su ex pareja sentimental, por tanto supone que el último en verla fue él, con quien tuvo un bebé.
“No sabemos nada de ella, nadie nos ha hablado para pedirnos dinero o darnos señales sobre ella. Apenas supimos que este hombre tiene una familia aparte de la que pretendía formar con mi hija, no sabíamos que fuera agresivo y la esperanza de que regresara ya no podemos mantenerla”, dijo la señora Rosy “N”.
Comentó que lo único que notaron en su hija fueron moretones en las manos, y que el hombre con quien no han logrado contacto vive en Querétaro. “Ella tenía cinco años trabajando en el Organismo de Agua”. Ahí los padres intentan rescatar información sobre el hombre, pues al parecer ahí laboró.
Autoridades detectaron que la unidad de servicio público que abordó la joven por última vez tiene dos direcciones de registro.