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emilio.fernandez@eluniversal.com.mx
Nezahualcóyotl, Méx.— Frente al Palacio Municipal fue colocada una cruz en memoria de Lupita, La niña de las calcetitas rojas, que ayer cumplió un año de que su cuerpo fue encontrado sin vida en el Bordo de Xochiaca, en la colonia El Sol.
Sobre el camellón de la avenida Chimalhuacán, familiares, amigos, vecinos y parientes de otras mujeres que han sido asesinadas en el Estado de México en los últimos meses, realizaron un acto simbólico en honor de la pequeña de cuatro años que fue asesinada a golpes por su padrastro y su madre en la casa donde vivían en la colonia Agua Azul, en Nezahualcóyotl.
“Esta cruz es para eso, para que no se olvide y para que cada persona, aquellas que sabían que la niña era violentada, recuerden que pudieron haber hecho mucho por evitar lo que sucedió”, dijo la activista Frida Guerrero.
Rosa Ayala, una vecina quien le daba de comer a la niña porque en su casa no era alimentada por sus padres, recordó cómo llegó a su casa hambrienta y descuidada, y le contó que tenía que recoger residuos de alimentos.
Rosa intentó hacerse cargo de Lupita, que era el nombre con el que la identificaban porque nunca fue llevada al Registro Civil por sus padres, pero estos se negaron “sólo para matarla”, sollozó.
Durante el acto simbólico, Íker Balderas cantó una canción en su honor. “El tiempo no ha podido borrar de mi memoria, mi vida se detuvo, mis lágrimas se escapan, tu carita sonriendo, tus calcetitas rojas; afuera el río quema y aquí siguen tus cosas, cómo me haces falta”, dice una de las estrofas. En el acto estuvo una hermana de Lupita y una de sus tías, quienes lloraron al lado de la cruz.
“#Calcetitas rojas #Yolloxochitzin #Lupita. Me encontraron el 18 de marzo de 2017 en avenida Bordo de Xochiaca y Virgen del Camino, Nezahualcóyotl. Durante nueve meses fui ignorada por las autoridades, que poco hicieron por dar con mi identidad y familia.
“Tenía cuatro años, fui violada y asesinada a golpes. Nunca fui registrada (...) Hoy sólo quiero justicia y que no te olvides de mí”, decía una lona que fue colocada en la cruz.
La mañana del 18 de marzo del 2017, un testigo fue el que halló el cadáver de la menor. Vestía una sudadera verde, pantalón rosa y unas calcetitas rojas. Sus padres la habían ido a tirar al Bordo de Xochiaca.