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rebeca.jimenez@eluniversal.com.mx
Naucalpan, Méx.— Después de año y medio “por fin dormiré pensando que se hizo justicia”, afirmó Rebeca Espinosa de Los Monteros, tras escuchar la sentencia de prisión vitalicia en contra de Fernando, el acomodador de autos que terminó con la vida de su hija Karen, cuyo cuerpo apareció dentro de una maleta junto a Adriana, una mujer de 52 años con la edad mental de una niña de menos de 10 años.
“Esto no se puede repetir, los agresores sexuales y feminicidas deben saber que las mujeres no son objetos ni seres humanos sin valor, que quien agrede a una mujer debe ser castigado”, señalaron familiares de las víctimas que acudieron a la audiencia en la que Fernando González fue sentenciado a prisión vitalicia.
“Karen tenía 19 años; era una chica que hablaba inglés y francés, deportista de alto rendimiento cuyo desempeño como quarterback la hizo entrar al salón de la fama, además quería ser madre y profesionista, por eso trabajaba y estudiaba una licenciatura”, señaló Rebeca ante la juez Marina Edith Gutiérrez Hernández, especialista en delitos relacionados con violencia de género.
Jorge, aun notoriamente consternado, describió a su hermana Adriana, quien murió junto a Karen el 22 de septiembre de 2016, como una mujer especial; “ella tenía muchos sueños” y pese a que su edad mental era la de una niña de 8 o 10 años, ella fue autosuficiente, consiguió varios trabajos cerca de su casa, tan es así que cuando fue asesinada, sus empleadores confirmaron que no llegó a trabajar como empacadora.
“Feminicida deberá emitir disculpa”
“Ambas tenían una vida útil que terminó en manos de su homicida, quien ahora deberá externar una disculpa pública para restablecer el honor de las víctimas”, ordenó la juez.
El doble feminicida deberá pedir el perdón en una audiencia especial ante la presencia de los familiares, especialmente de los padres de Karen y los hermanos de Adriana.
Esta sentencia “es un logro de todos tras un proceso desgastante de año y medio, en el que mi hijo, yo y mi familia, quedamos devastados, nos ofrecieron terapias en el edificio de la fiscalía aquí en Barrientos, donde tan sólo venir a un sitio así es traumático, donde las víctimas tienen que subir más de 100 escalones junto al penal donde está el homicida que terminó con la vida de Karen”, apuntó Rebeca Espinosa.
En el juicio oral se presentaron familiares de Fernando, como la madre de sus tres hijos, quien afirmó que su ex pareja “no podía ser un homicida de mujeres porque tenía dos hijas de la edad de Karen y por 10 años trabajó acomodando autos en el gimnasio de mujeres y nunca tuvo una queja en su contra”.
Sin embargo, la ex pareja de Fernando y sus familiares abandonaron la sala de juicio oral horas antes de que fuera sentenciado a prisión vitalicia el 12 de marzo de 2018.