emilio.fernandez@eluniversal.com
Chimalhuacán, Méx.— Después de seis meses de retraso ocasionado por la falta de personal médico y equipo fue puesto en funcionamiento el Hospital General San Agustín, que atenderá a familias de escasos recursos de Chimalhuacán y de municipios vecinos del oriente del Valle de México.
El inmueble quedó concluido en agosto de 2017 y las autoridades locales planeaban que iniciara operaciones en enero de 2018, pero el gobierno mexiquense no contrató a médicos, enfermeras y tampoco envió el instrumental a tiempo, denunció entonces la alcaldesa Rosalba Pineda Ramírez.
Según el ayuntamiento de Chimalhuacán, 80% de los habitantes no cuentan con seguridad social, por lo que urgía que el nuevo hospital empezara a operar porque la mayoría de la gente tiene que buscar atención en otros lugares del Estado de México o de la capital del país, o bien pagar consultas con médicos particulares.
En Chimalhuacán funciona el hospital general, conocido popularmente como “90 camas”, dependiente del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), pero es insuficiente para cubrir la demanda de servicios.
La falta de instalaciones adecuadas pone en riesgo la vida de miles de personas en Chimalhuacán, donde más de 60% de la población tiene un empleo informal y ocho de cada 10 carecen de seguridad social, de acuerdo con datos del ayuntamiento.
Chimalhuacán es el municipio del Estado de México que menor presupuesto dispone, pues por cada habitante recibe 603 pesos anuales y, en cambio, Tlalnepantla, percibe 2 mil 140 pesos por cada residente.
Al inmueble, ubicado en calle Puebla número 3, Villa San Agustín, acudieron autoridades estatales y municipales, entre ellos representantes de la Secretaría de Salud del Edomex.
El centro médico cuenta con 36 camas y ofrece, en una primera etapa, servicios de urgencias las 24 horas del día, pediatría, odontología, laboratorio clínico, transfusión sanguínea y rayos X.
Autoridades de salud informaron que la plantilla del hospital está integrada por 120 personas: 20 médicos, 22 enfermeras, 22 paramédicos y 56 trabajadores administrativos.