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metropoli@eluniversal.com.mx
La economía no ayuda para ir a visitar a la Morenita del Tepeyac hasta su casa, en la Basílica de la Ciudad de México, porque ahora son 10 nietos y tres hijos de la familia Legorreta; doña María Estela Granados se prepara desde el 11 de diciembre y junto con los más jóvenes de su casa lleva a sus cinco vírgenes a la Catedral de Toluca, una de ellas de medio metro de altura.
La Guadalupana que tienen desde hace cinco años se convirtió en el punto de reunión de los vecinos de San Miguel Apinahuizco, le organizan serenata y misa, sólo que la cifra de imágenes va creciendo cada año, en esta ocasión la más joven, de apenas unos meses, por primera vez fue presentada ante el Obispo Francisco Javier Chavolla, con la compañía de su auxiliar a Maximino Martínez.
En otros puntos de la capital mexiquense, como el tradicional mercado 16 de Septiembre, con 42 años de existencia, los organizadores de la celebración llegan a reunir a más de mil imágenes de vírgenes, desde cuadros hasta figuras de cerámica, barro y otros materiales son colocadas en mesas de fiesta que rentan los integrantes del comité encargado de la fiesta de la Guadalupana.
Los mil 160 locatarios de 12 giros se organizan para llevar serenata, comida, cada uno su imagen y participan en el altar para “nuestra Madre Santísima”, coinciden los trabajadores que desde hace cinco generaciones realizan esta celebración.
“No sabemos cuánto gastamos, algunos ponen las carnitas, otros los refrescos, unos más tamales, a un grupo le corresponde el café de olla, unos más el atole y hay variedad de pan dulce. Por la mañana rezamos varios rosarios y después de la misa de las 12:00 horas vienen los novenarios. Es una tradición de nuestras familias, porque todos aquí crecimos y nos educamos en el mercado, nos corresponde seguir la tradición”, afirma Joanna Torres, una de las dos hermanas que se encargaron de la fiesta.
La fiesta, aunque es concurrida, ya no se asemeja a lo que en 1976, incluso rebasaron alguna vez la colocación de hasta dos mil imágenes.
A Toluca, la capital del estado, llegan los feligreses de 42 parroquias, quienes presentan en la iglesia los arreglos florales, ramos de flores de todos los colores, también llegan vírgenes de todos los tamaños.
Frente al presibiterio y en la nave central se apostaron imágenes de todo tipo, sobre las bancas fue posible observar retablos, algunas pequeñas de resina blanca acompañadas de San Juan Diego, algunas mantillas y también de cerámica.
Los feligreses del Valle de Toluca van a la catedral para recibir la bendición y llevan la fe sobre los favores que deben agradecer el 12 de diciembre a la Morenita del Tepeyac.