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Cuautitlán, Méx.— Familiares de internos del penal local aseguraron que todavía no han visto a los reclusos tras la explosión y fuga de tres reos ocurrida la tarde del domingo, uno de los cuales fue recapturado.

“Es un infierno”, relató la familiar de un interno, quien describió las condiciones en las que viven los más de mil 300 reclusos del penal de Cuautitlán, llamado “la vecindad del Chavo” por su reducido tamaño.

Miedo, corrupción y drogas imperan en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Cuautitlán, en el centro de ese municipio, junto a la antigua presidencia municipal.

Poco después de las 14:00 horas del 15 de julio un estallido cimbró el penal de Cuautitlán y alcanzó los juzgados ubicados detrás del centro penitenciario, en calle Porfirio Díaz; tres internos escaparon, pero uno de ellos fue recapturado.

Familiares de internos mencionaron que el domingo estaban en visita y fueron desalojados del lugar tras la explosión, primero mujeres y niños. Desde entonces no han visto a sus familiares, aunque algunos han hablado telefónicamente y les dicen que están bien.

Afirmó que los internos son extorsionados desde que ingresan y los obligan a dar números telefónicos. “¿Cuánto vale la vida de su hijo?”, y exigen hasta mil pesos a la semana para no hacerles daño.

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