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Nezahualcóyotl, Méx.— En los días que peor se sintió Leonardo, jefe del cuerpo de Rescate y Urgencias Médicas de Nezahualcóyotl, escribió una carta póstuma para sus tres hijas, porque pensó que se moriría a causa del Covid-19 que contrajo por la labor que desempeña.
“Gracias a Dios nunca la entregué, los últimos tres días fueron fatales, de verdad, sentía que moría”, contó.
Leonardo, de 33 años, sobrevivió a la enfermedad y este Día del Padre, aunque no pudo abrazar a sus niñas de 11, nueve y año y medio de edad, porque está aislado, recibió sus felicitaciones de manera virtual, que son como una inyección de ánimo para seguir ayudando a la gente que requiere sus servicios por la pandemia.
Cuando iban en aumento los contagios en Nezahualcóyotl, considerado el epicentro de la pandemia a nivel nacional, Leonardo y sus compañeros se separaron de sus familias. Rentaron un espacio para no exponer a sus seres queridos, debido a que ellos son los primeros que atienden a los pacientes que presentan síntomas, incluso antes que el personal médico de los hospitales.
Leonardo, que antes de ser el jefe del grupo de Rescate y Urgencias Médicas en Ciudad Neza, laboró en el Ejército, Fuerza Aérea y en la Cruz Roja Mexicana, no sabe con certeza cómo se contagió. Su estado de salud se deterioraba y pensó lo peor. “Lo que había redactado en esa carta fue todo el amor que tengo de mis hijas, dedicándoles lo que estábamos viviendo por amor, por vocación de servicio y por ayudar a la gente (...) también, a su enseñanza de que deben ser responsables, que cuando ellas cumplan su mayoría de edad, lo que decidan estudiar lo deben de hacer con el corazón y responsabilidad”.
Desde hace varios meses, el grupo de paramédicos que equipó el gobierno local atiende entre 40 y 50 personas al día con síntomas de Covid-19, por lo que el riesgo de contagiarse es alto. Hace semana y media, Leonardo libró la muerte, sus seres queridos le han pedido que deje ese trabajo, pero él se niega, dice que ayudar al prójimo es su pasión y amor.
Este Día del Padre, aunque en la distancia, pudo festejar con sus hijas y se siente privilegiado porque hace días pensó que jamás las volvería a ver.
“Todo ha sido por videollamadas o llegas a casa a verlos y es de la puerta hacia afuera, manteniendo la sana distancia, es muy complicado porque no puedes abrazarlas, no puedes besarlas, porque no sabemos si contraes el virus, un día te haces la prueba y al otro día no sabes si estás contagiado o no”, finaliza Leonardo.