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David, joven de 26 años, trabaja en una gasolinera ubicada en Paseo Tollocan y Díaz Mirón , en Toluca, Estado de México . Su salario base es de 70 pesos al día más propinas, pero estos días ha tenido que llevar a su hogar sólo la cantidad de dinero que le paga la empresa.
Él y sus compañeros han doblado turnos de trabajo para esperar a las pipas y obtener un ingreso extra, a falta de propinas. Don Javier, quien trabaja en una estación de San Mateo Atenco, dice que “esto de despachar no es pesado, pero no nos llevamos nada. Tenemos un sueldo, aunque sea poquito sí nos pagan”.
Braulio Aguilar, gerente de una gasolinera en Metepec , menciona que los trabajadores dependen de las propinas. “¿Ellos cuánto están perdiendo? Prefieren darles un servicio rápido sacrificando sus propinas. Están apoyando a la empresa y a los ciudadanos que están esperando, aunque no se lleven más dinero para sus casas”.
“Nosotros cerramos la estación a las 12 de la noche por seguridad. Cuando nos llegó una pipa a las 10 de la noche mis muchachos y yo estuvimos despachando gasolina hasta que se terminó a las 2 de la mañana y en ese tiempo mis muchachos no se están dedicando ni a limpiar parabrisas o a dar un buen servicio. Simplemente intentan cargar lo más rápido posible porque entendemos que lo que quiere la gente es cargar e irse. Todos quieren alcanzar gasolina y todos la necesitan aunque sea un poco”.
Aguilar comenta que dentro del portal de Pemex tienen que programar cada cuánto tiempo necesitan una pipa. “Llega una pipa de 20 mil litros y si antes me duraba dos días ahora solo dura unas horas. A ninguna estación le dura realmente el producto”.
Uno de los jóvenes que trabaja en la misma estación que Aguilar comenta que cuando llega la pipa si hay trabajo y de ahí hasta que se acabe. Su cargamento llega a durar de cuatro a seis horas.
“Aquí está cerrado el gasoducto, por eso no hay tanto combustible o no hay tanto flujo y tienen que traerlo desde Tula y así es como nos lo surten pero tarda mucho y gastan mucho haciendo eso. Si mandas a los piperos a otros estados tienes que darles viáticos, pagar casetas y gasolina”, comenta el gerente.
Un conductor de una pipa de Pemex señaló que ya no quería ir a Tula porque a uno de sus compañeros en la carretera se le ponchó una llanta y quedó varado. Tuvo que esperar 24 horas para que fueran a auxiliarlo.
Aguilar menciona que las personas en ocasiones son agresivas. “Ayer quisieron golpear a una de mis despachadoras y suspendimos el servicio. Tenía una fila de 223 carros formados, pero no iba a exponer a mi personal. En la gasolinería que se encuentra enfrente se agarraron a golpes los clientes, en la que se encuentra en Tecnológico golpearon a los despachadores”.
Ante la demanda de combustible, indica que ha tenido nuevos clientes. “Han venido a cargar diesel Pepsi, Ricolino y Electropura. Y de todos los camiones que tienen sólo pudieron cargar 15. Eso puede generar que los productos, por la dificultad que se tiene de transportarlos, suban de precio. No ha sido tanto el desabasto de diesel, pero yo antes vendía muy poco, como 100 o 200 litros, ayer vendí 10 mil porque ya no hay en otros lados”.
“Hasta nosotros mismos nos quedamos sin gasolina para nuestros carros”, añade. “Tenemos un grupo en WhatsApp donde estamos varios encargados de estaciones e intercambiamos información y nos hemos estado dando apoyo para saber quién tiene gasolina”.
“Nosotros le surtimos a las patrullas. Ayer unos clientes se enojaron porque querían que les despacharamos primero a ellos. Pero imagínate, sin gasolina y sin seguridad, ¿cómo vamos a estar? si así las cosas están feas. Tienen que saber que ellos tienen preferencia junto con las ambulancias y bomberos. Como pueblo tenemos que apoyarnos”.
Voy a llorar
“Yo le voy a llorar ahorita a Pemex. Me tengo que poner en contacto con el área comercial y les pedimos apoyo administrativo, que nos echen la mano y hagan presión para que nos envíen las pipas y esa es la única forma hasta ahorita”, detalla.
Algunas gasolineras del Estado de México han optado por negar la venta de combustible en envases plásticos, para evitar la reventa porque algunas personas, después de comprar el producto, se acercaban a las filas de automovilistas para vender el litro en 30 pesos o más.
Flor Mercado, quien vive en Toluca pero trabaja en Tenancingo, menciona que en ese trayecto hay unas diez gasolineras, con “mega filas en cuatro y en Tenancingo se están llenando garrafones para revender hasta en 50 pesos el litro”.
Un taxista de San Mateo Atenco refiere que ayer no trabajó por falta de gasolina. Se formó y no alcanzó. En ese municipio el transporte público más popular es el taxi colectivo y cuesta 10 pesos por persona.
Comenta que si las gasolineras no quieren vender en garrafones es porque no quieren que se den cuenta que no dan litros completos. Uno de sus compañeros llevó un garrafón de 20 litros y le faltaron unos seis centímetros para llenarse. Reclamó y le respondieron que “así estaba saliendo la bomba”.
“Al hacerla de pleito, el güey me dijo pues si la quieres, si no ahorita yo la vendo”, recuerda.
Doña María Elena espera que sí puedan venderle en el garrafón que lleva y que usa de asiento desde las 5 de la mañana. Reside en Santa Ana Tlapaltitlan, Toluca. Se ha pasado el tiempo platicando con su comadre mientras espera. Las hijas de ambas mujeres les llevaron el desayuno y después las relevan para ir al baño o para descansar.
Doña María Elena y su esposo son comerciantes y necesitan gasolina para su moto y la camioneta en que transportan su mercancía. “Es mucha y no podemos llevarla así de a poquito para el puesto. La situación está crítica pero si eso es para bien y así ya no habrá robo de la gasolina pues tenemos que creer, porque no nos queda de otra”.
Por su lado, Luis Ángel es conductor de Uber en el Estado de México. Vive en las orillas de Toluca y había estado buscando una estación que le diera servicio. Optó por viajar a la Ciudad de México. “Antier me aventé casi todo el día buscando gasolineras. Salí a las 9 de la mañana y a las 4 me di por vencido y deje de buscar, dije, ‘mejor mañana me paro temprano y me voy a la ciudad’. Ahora me paro a las 5 de la mañana y me tardo como hora y media en ir y regresar, pero ya traigo el tanque lleno y puedo trabajar dos días”.
Diez días después
Díez días después de que empezó el desabasto en la región, el gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo, informó en redes sociales que acordó con el director de Pemex, Octavio Romero, el envío diario de 19 mil barriles de gasolina para atender la demanda en el Valle de Toluca. También refirió que se trabaja en la reapertura del ducto Tuxpan-Azcapotzalco, para atender la demanda.
Por otra parte, el presidente municipal de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez, mediante un video en Facebook, señaló que “estamos pagando una factura muy cara por la tolerancia que hubo a la extracción ilegal de combustible en todo el país”, y que el problema no es la falta de combustible, sino el traslado desde Acapulco y Tula a todas las estaciones. “No hay suficiente transporte y esto está provocando que en Toluca sólo se tenga el 20% del abasto diario”.
Por ello, el gobierno municipal se ofreció a cubrir los 78 viajes de 20 mil litros cada uno al día, para recuperar al 100% el abasto en Toluca. Pidió al director de Pemex respuesta a su solicitud.
Después de tres horas de estar formada para llenar unas cubetas cerradas de gasolina, la señora Julia agrega que “no es culpa del que está (AMLO), es más, le agradezco, nada más que nos falta ser ordenados y lo que pedimos es que se nos avise en dónde habrá porque no podemos estar todo el día formados”.