Tlalnepantla, Méx.— “Entregué mi sub ametralladora, me gusta mucho, pero sé que no es bueno ser violento”, afirmó Juanito al acudir a entregar su juguete, como parte del programa de Canje de Armas 2019 del Estado de México que se realizó en los 48 municipios mexiquenses con mayor índice de violencia, donde lograron captar más de mil 200 armas largas, cortas y hechizas, así como 500 granadas e incluso una pieza de artillería.
Durante cuatro meses personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) y autoridades municipales de 48 ayuntamientos mexiquenses, realizaron el programa Canje de Armas 2019 , en el que recibieron un total de 62 mil 321 armas y artificios de diferentes calibres, cifra que incluye 60 mil 561 cartuchos, informaron autoridades de la SSEM.
Este programa de desarme, incluye de forma alterna, una convocatoria para sensibilizar a niños en una cultura de la no violencia, en el que intercambian juguetes bélicos por rompecabezas, autos a escala, muñecas y juegos de mesa. Fue así como cientos de niños, entre ellos Juanito, acudieron con pistolas, metralletas y subametralladoras, que entregaron a militares y policías a cambio de obsequios infantiles.
En municipios como Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Tlalnepantla de Baz, Nezahualcóyotl y Naucalpan, se recibió “la mayor participación ciudadana en este esfuerzo en el que están comprometidos los tres órdenes de gobierno, a través de la Secretaría de Seguridad (SS), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y autoridades municipales, lo que contribuyó a obtener un 31.9% más con relación al año pasado”, señalaron autoridades del Estado de México.
La entrega voluntaria, anónima y pacífica de 813 armas largas y cortas, 44 pistolas “hechizas”, 60 mil 561 cartuchos, 502 granadas explosivas y una pieza de artillería permitió a ciudadanos obtener a cambio un total de 4 millones 738 mil 906 pesos en efectivo, superando la cifra de 2018 que quedó en 3 millones 591 mil 867 pesos, informaron autoridades de la SSEM.
“Una pistola en mi casa [representaba] un riesgo, aunque era un arma vieja”, reconoció Amalia al acudir a Atizapán de Zaragoza a entregarla para que personal de la Sedena la destruyera en su presencia.