Toluca, Méx.— María del Socorro Villalobos Fuentes fue víctima de violencia física y económica po r parte de su pareja. Aseguró que que casi perdió la vida por lesiones de arma de fuego en el intento de mantener su vida familiar. A sus 50 años, está convencida de que haber enfrentado a su agresor denunciándolo fue la única forma de mantener seguros a sus hijos y a ella misma.
“No debemos dejarnos, porque tanto derecho tiene el hombre como la mujer. Yo fui violentada porque me educaron pensando que debes soportar de todo porque estás casada”, explicó.
Durante un año fue vejada por su pareja, quien la golpeó con un martillo en las extremidades, la baleó, la agredió física, sicológica y económicamente; pero un día, en el extremo de la violencia, decidió pedir ayuda.
A su casa acudieron elementos policíacos quienes la orientaron sobre las opciones para terminar con las agresiones. Comentó que además de apartarse de su atacante, logró influir en sus hijas para que no repitieran ese modelo de maltrato.
María del Socorro es uno de lo mil 600 casos atendidos a través de la Red de Mujeres y la Policía de Género que consolidó a partir de 2016 el ayuntamiento de Toluca como parte de las acciones por la Alerta de Género.
Ella también recibió ayuda de una célula multidisciplinaria que la orientó en lo jurídico y sicológico, además se inscribió en un taller en el que aprendió a colocar uñas para generar ingresos propios y ser independiente en todos los sentidos, de su ex pareja.
“Tengo dos hijos varones y cuatro mujeres, a quienes les enseñé a respetar a sus parejas, porque ellos ya saben que no hay razón para actuar de forma violenta, a ellas les enseñé que deben darse a respetar, no esperar a que les pegue, sino poner fin en cuanto identifiquen que no están felices”, explicó.
A pesar que un año después de haber solicitado apoyo se quedó viuda, lo que concluyó todo tipo de proceso judicial, reitera que habría seguido hasta las últimas consecuencias en caso de que su esposo continuara vivo, porque “aprendí que no es la vida que merezco”.
Así funciona la policía de género
El ayuntamiento de Toluca cuenta con el Grupo Especial en la Atención de la Violencia Familiar y de Género (GEAVFyG) integrado por 25 policías —hombres y mujeres— que atienden específicamente las denuncias por violencia de género intrafamiliar o acoso callejero.
“Su máxima responsabilidad es siempre confiar en la denuncia, así sean cinco veces que asisten y las mismas que ella se retracta, porque nunca se sabe cuándo van a necesitar un apoyo extraordinario, lo importante es que las víctimas sepan que hay una autoridad que las respalda”, explicó Regina Soledad Cruz Vega, secretaria Técnica del Consejo de Seguridad y encargada del modelo de atención en el trienio
“Fue hasta 2016 cuando la administración municipal destinó 40 millones de pesos de partidas federales para la certificación y capacitación de los policías, además de la conformación de una red de mujeres que sirve de apoyo para salir del círculo de la violencia”, explicó Cruz Vega.
Sin embargo, para que dicha célula tenga continuidad y la red de mujeres acompañe la rehabilitación de una víctima, es necesario que —en caso de llegar— la segunda Alerta de Género cuente “con recursos, porque son muchas las necesidades y no todos los ediles están dispuestos a derivar dinero hacia programas que no convocan votantes”, dijo Cruz Vega.
Tener esta corporación es una de las exigencias que conlleva la declaratoria de Alerta de Género que emitió en 2015 el gobierno federal a Toluca y otras 10 demarcaciones mexiquenses por el índice de feminicidios, además de violencia contra las mujeres.
A partir del 2016, la célula de atención fue la primera en el Estado de México en obtener la certificación en atención a víctimas con perspectiva de género y protocolo ALBA, un proceso para la atención, reacción y coordinación entre los tres niveles de gobierno ante la no localización de mujeres y niñas.
Sus resultados no se reflejan en la disminución de la cifra de agresiones, enfatizó Cruz Vega, pero sí en el incremento de denuncias contra los agresores hasta en 40%.
¿Cómo está integrada la corporación?
Son 25 elementos especializados en la atención de las mujeres violentadas, todos universitarios, son responsables de la canalización, acompañamiento, asesoría jurídica o sicológica, según sea la necesidad de la víctima.
Al recibir una llamada de auxilio, el grupo acude al lugar, checa las necesidades inmediatas de la víctima y aplican una entrevista para identificar la problemática.
Si la persona quiere denunciar, la llevan al Centro de Justicia para las Mujeres perteneciente a la fiscalía, de lo contrario brindan atención sicológica, primeros auxilios y la llevan al Consejo Municipal de la Mujer para recibir asesoría civil para la pensión o el divorcio.