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La señal de que la temporada de frío llegó es que de la noche a la mañana el nogal de la casa de Tomás amanezca seco, casi destruido. Eso ocurrió antier, cuando los teléfonos celulares de los residentes de la comunidad de San Pedro Nexapa, la más cercana del Estado de México al volcán Popocatépetl, registraron 4 grados bajo cero.
En este poblado amecamequense, a casi 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar, la última semana ha sido la más fría de este final de otoño que tiene ya más características de invierno para los residentes, que aunque están acostumbrados a las bajas temperaturas no dejan de resentirlo.
Vianey, quien vive en la calle Unión, en una casa de paredes de madera y techo de láminas de cartón, se tapa durante las noches con siete cobijas para resistir el frío.
“Se filtra el aire por todos lados y tenemos que dormirnos con pijamas gruesas y echarnos muchas cobijas encima, si no, no podríamos aguantar el intenso frío”, contó.
El viento que proviene del volcán Popocatépetl cruza por las grandes extensiones de cultivos con los aires que bajan del Iztaccíhuatl, lo que congela prácticamente lo que toca.
No sólo tiritan los residentes de San Pedro Nexapa, lo hacen también los de San Juan Grande, Santiago Cuauhtenco y Santa Isabel Chalma, poblaciones de Amecameca que son las que están más expuestas al descenso del termómetro.
El consumo de leña aumenta durante esta época de fin de año, pues es la única manera que muchas familias de la zona tienen para calentar sus hogares, porque carecen de estufa, boiler o calefactor.
“Tenemos que comprar dos o tres cargas de leña, que cuestan 60 pesos, porque gastamos más leña que en otras épocas del año”, dijo Vianey.
Las autoridades de Protección Civil estiman que más de mil 500 familias se encuentran en riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad por las bajas temperaturas que se han registrado en los últimos días.
Además de San Pedro Nexapa, San Juan Grande, Santiago Cuauh-tenco y Santa Isabel Chalma, en la periferia de la cabecera municipal de Amecameca se encuentran las familias que más riesgo enfrentan en la temporada de frío.
De acuerdo con información del gobierno local, 30% de la población vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema y habitan en viviendas muy endebles, que están hechas con materiales provisionales.
En una de esas casas de madera y techo de lámina de cartón vive Lucina, una mujer de 88 años que siempre ha residido en San Pedro Nexapa y espera terminar sus días en esa comunidad que conduce al volcán Popocatépetl. Ella tampoco tiene estufa en su hogar, por lo que el agua para bañarse debe calentarla con leña que le traen del monte, aunque se demore hasta una hora porque el líquido proviene del deshielo del Popocatépetl y baja casi congelada.
En peores condiciones habita Teresa. No tiene puerta y la entrada de su vivienda precaria, elaborada de madera y láminas de cartón, es cubierta con una cortina sucia que se desliza cada vez que el viento sopla en San Pedro Nexapa.
En su casa viven cuatro personas que tienen que pelearse durante la noche y madrugada para ganar la mayor cantidad de cobijas y echárselas encima para soportar el frío.
Tomás, un hombre de 66 años, vive solo porque desde hace varios meses la mujer con la que compartía su casa de láminas de cartón lo dejó por irse con un taxista.
“Duermo solo y me tengo que tapar con siete cobijas, porque el frío desde esta semana ha estado más fuerte que de costumbre”, narró.
Las bajas temperaturas han aumentado las citas en el Centro de Salud de San Pedro Nexapa, pues tres de cada 10 pacientes acuden por alguna infección en las vías respiratorias. Stephanie Parker, una de las doctoras que atiende a los pobladores, comentó que en los últimos días ha aumentado 10% el número de consultas.
Lo peor está por venir. Los habitantes de esas comunidades cercanas al volcán Popocatépetl saben que durante enero y febrero el termómetro baja aún más. Se dicen preparados para soportar el frío, pero hasta ahora sin ayuda oficial.