Naucalpan, Mex.- Daniel Rossell Cordova
cumplió 55 horas en huelga de hambre en la explanada principal de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM.
El activista de 65 años de edad mantiene un pliego petitorio de cinco puntos, en el que destaca transporte gratuito y seguro de la FES Acatlán al Metro Cuatro Caminos , un comedor público económico y nutritivo, así como su reinstalación como vendedor de dulces e indemnización por “calumnias y saqueo”, del que asegura fue víctima con el desalojo del “cubo” - salón 8105- en agosto pasado.
El hombre en extremo delgado, con labios secos, ha pasado dos días con sus noches en la FES Acatlán, bebiendo solamente agua. “ Espero la llegada de unos sueros, que solidariamente me van a dar ”, dijo.
Sin asistencia médica y junto a una botella de agua, Daniel Rossell , afirma que desde 1998 llegó a Acatlán, siendo un hombre maduro, a estudiar historia, y se quedó en este campus vendiendo dulces y editando la hoja “ Acatlanse ”.
Rossell al señalar los murales del edificio 8, que afirma son de su autoría, indicó que perdió su mercancía en el desalojo del salón desde el mes de agosto, por lo que pide una indemnización.
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El vendedor afirmó que quedó fuera del proceso de regularización de comerciantes de FES Acatlán , por lo elevado del pago de las concesiones.
Autoridades de FES Acatlán señalaron que el hombre está en su derecho de ejercer cualquier acción, pero formalmente no ha entregado un pliego petitorio.
El proceso de reordenamiento de vendedores inició en 2019, para evitar la proliferación de vendedores, algunos que incluso consumían drogas en el centro de la explanada y otros que incluso y vendían galletas con droga, como lo señalaron estudiantes.
El proceso de concesión de 10 islas para comerciantes en este campus, estuvo a cargo del patronato de la UNAM, no de la dirección de la FES Acatlán , señalaron autoridades locales.
shgm