La Ciudad de México no ve a la economía circular como un tema de moda, aseguran desde la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema).
Además, con la ley en la materia, que fue aprobada por el Congreso local en febrero pasado, se avanza para lograr criterios de circularidad en todos los procesos de consumo para ayudar al medio ambiente y generar menos desechos.
La economía circular, según define la ley en la materia, es un modelo económico de producción y consumo sostenible que contempla todas las etapas del ciclo de vida de los productos y servicios, para generar diseños y esquemas que disminuyan los impactos ambientales, a través de ciclos técnicos y biológicos que posibilitan la permanencia y reintegración sustentable de sus componentes. Es decir, que cualquier producto o servicio se reutilice varias veces y no se deseche.
Leer también: Evacuan a más de 100 vecinos por incendio de recicladora en Santa María Aztahuacán, Iztapalapa
Valder Pliego del Ángel, asesor de la secretaria de Medio Ambiente, Marina Robles, indicó que desde 2019 se planteó un programa ambiental en la Ciudad y se han hecho acciones para disminuir la contaminación, a partir de varias líneas de trabajo y acción, una de ellas, precisamente, la economía circular.
“La economía circular es una propuesta de modelo económico que, a través de diversas estrategias, busca reducir la extracción de recursos naturales y materiales para reducir la contaminación, generar beneficios ambientales, disminución de la sobreexplotación de los ecosistemas, pero también genera beneficios económicos, como la posibilidad de tener certidumbre sobre la dis ponibilidad de los recursos e, incluso, menores costos en la extracción”, explicó.
Pliego del Ángel recordó que algunos proyectos que ya se están ejecutando son el Mercado del Trueque y el Reciclatrón. Además, ya hay seis plantas para aprovechar los residuos de construcción.
Destacó que el resultado más visible de lo que puede generar la economía circular en la Ciudad es el parque Cuitláhuac, que pasó de ser un tiradero de cascajo a un sitio recreativo, a través de la recuperación y saneamiento de materiales, pues fueron recicladas alrededor de 4 mil 500 toneladas de polietileno de alta densidad, 350 mil toneladas de residuos de la construcción, 8 mil 593 toneladas de plásticos que fueron reciclados para los adoquines y las guarniciones.
“Uno de los proyectos insignia que hemos buscado visibilizar para replicar este modelo de economía circular en la Ciudad”, dijo.
El funcionario presumió también que de 2019 a la fecha se han logrado reducir de 8 mil 600 toneladas de basura por día a menos de 6 mil 500, que se van a los rellenos sanitarios.
Leer también: Disminuye CDMX envío de basura al Edomex
Sostuvo que la Ley de Economía Circular recoge la experiencia que se tiene en la Ciudad sobre este tipo de modelos y permite, al mismo tiempo, añadir algunos otros mecanismos.
Además, jerarquiza la práctica de producción y consumo, en donde se privilegia no la disposición final ni el reciclaje, sino el rehuso, mantenimiento y reparación para saber, en los distintos sectores, cuáles son las ventajas de que sus productos consideren estos principios.
También se establecen instrumentos como el Programa de Economía Circular y una evaluación de circularidad para las empresas.
La economía circular no ha sido un tema de moda para el gobierno de la Ciudad y prueba de ello son los planteamientos que se hicieron desde el proyecto de gobierno, “desde el Programa Ambiental y de Cambio Climático, que tiene un eje de basura cero y todos los planes consolidados que se tienen”, concluyó el asesor de la Secretaría de Medio Ambiente de la capital.
Reutilizar hasta el último momento
Para Alberto Irezabal, director del Centro Internacional de Investigación de Economía Social y Solidaria, la economía circular busca romper con el modelo lineal de usar y tirar para evolucionar a otro circular, en donde se busca la reutilización de los recursos en cada uno de los momentos de transformación que sufra para mantener su valor.
Recordó que el cambio climático que vivimos y la contaminación están estrechamente relacionados al modelo lineal, por ende, dijo, evolucionar a un modelo circular en términos de cómo producimos, distribuimos y consumimos, cobra una relevancia importante para revertir y regenerar el medio ambiente.
El especialista comentó que para contribuir a este concepto, las personas tienen que comprender y entender que cada una de sus decisiones de consumo, producción o distribución, tienen un efecto en el ecosistema, por lo que deben de buscar darle valor a cada uno de estos procesos; las empresas deben hacer lo propio.
“Lo que está de fondo en la lógica de la economía circular es cómo le damos valor a ese ‘desperdicio’ que consumimos, y aplica para cualquier tipo de residuo ya sea sólido, líquido o gaseoso. Cómo ese proceso, que para nosotros ya terminó su ciclo de vida, puede seguir generando valor, a través de procesos de reciclaje y reconversión, la lógica muy puntual es esa: que el ciclo de vida del producto no se termine, sino que siga generando valor”, abundó.
Distintivo de circularidad
La evaluación de circularidad, según la ley, es el procedimiento a través del cual las empresas interesadas, de manera voluntaria, pueden someter sus procesos, productos y servicios a evaluación, para conocer el grado de cumplimiento con relación a los criterios de circularidad. Si esta evaluación se cumple, se le entregará un distintivo
A decir de Gustavo Rodríguez, presidente de la Comisión de Energía de la Coparmex en la Ciudad de México, las empresas que tienen este distintivo aumentan de manera considerable sus ventas.
“Las empresas que tienen ahorita este distintivo pueden tener hasta 80% más ventas o más posibilidad de que un consumidor los elija nada más porque saben que estas nuevas empresas ya cambiaron sus empaques y ya no contaminan, por ejemplo. Incluso, las nuevas generaciones están dispuestas a pagar más por un producto que sí tenga este distintivo a los que ya no lo tengan”, subrayó.