El señor Gregorio Pérez Cano , de 67 años, desapareció hace nueve meses en la alcaldía Iztapalapa cuando salió de su domicilio hacia su local de carnitas a bordo de su camioneta Honda Odisey.
Fue el 4 de noviembre de 2020 cerca de las 07:00 de la mañana cuando el señor de la tercera edad estuvo en su comercio, con uno de sus trabajadores, luego desapareció.
Los familiares tuvieron que emprender su propia investigación , pedir imágenes de cámaras, solicitar el acceso al C5 en donde supieron que el último paradero su camioneta fue en San Miguel Topilejo, Tlalpan; además, presentaron todos los números de contacto del su padre, e incluso pagaron para obtener la sábana de llamadas que ingresaron en el teléfono móvil.
Todo esto, para que la Fiscalía General de Justicia pudiera integrar más rápido la indagatoria.
De acuerdo con lo asentado en la investigación, se sabe que el señor Gregorio estuvo cerca de una hora en su local de carnitas ubicado en el mercado Nextlali , ubicado en la calle Sauce y Hank González, en donde estuvo con su trabajador de nombre Esteban.
Fue el trabajador del local quien dijo a sus familiares que el señor Gregorio pidió que fuera por pan para desayunar, y que cerca de las 11:00 horas dijo que se retiraría del negocio.
Hasta el momento la FGJ no ha logrado ubicar la camioneta en la que viajaba el señor, sin embargo, familiares acusaron poco avance en las indagatorias asentadas con folio CI-E-FIIZP/IZP-9/UI-3 S/D/00043/11-2020.
Consultada al respecto, su hija Esmeralda, dijo que su padre pudo haber sido víctima de un secuestro o de algún delito , pues lograron hacer un rastreo de la camioneta a través de las cámaras del C5 de la ciudad y constataron que su último paradero fue en la entrada de San Miguel Topilejo, Tlalpan.
“Yo como todos los familiares de víctimas, quisiéramos ser prioridad para la fiscalía, pero aun así queremos más apoyo. Nosotros cuando se perdió mi papá pedimos imágenes del Mercado, de la avenida principal, de calles aledañas. Todo se entregó a la fiscalía”, argumentó Esmeralda.
A través de redes sociales, en una cuenta de Facebook, recibieron amenazas para que dejaran de buscar al señor Gregorio; Esmeralda señaló que la policía cibernética no alcanzó a rastrear la cuenta, pues la dieron de baja.
La familia contrató a policías del Estado de México para que los ayudarán a hacer un rastreo con perros, pero no lograron dar con pistas que llevarán a su paradero.
La Fiscalía capitalina solicitó a través de oficios el rastreo del señor Gregorio en todos los Semefos de la República, hospitales y cárceles de la Ciudad de México.
A través de estudios de genética sus familiares cada 15 días tienen que acudir al Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) para “ver fotografías de muertos”, pero hasta el momento para Esmeralda y sus hermanas, la búsqueda sigue.
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