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El operativo implementado con motivo de la manifestación del 2 de Octubre, que congregó a 10 mil personas, contuvo en algunos tramos a cerca de 100 anarquistas que realizaron diversos actos vandálicos. Destacó el despliegue de 12 mil funcionarios públicos, a quienes el Gobierno uniformó con playeras, cuyo costo fue de 960 mil pesos.
Las autoridades capitalinas reportaron 14 lesionados, la mayoría policías, de los cuales tres fueron tras-ladados al hospital; así como tres detenidos, quienes lanzaron petardos contra los uniformados, pero minutos después fueron puestos en libertad, por la mediación de organizaciones de la sociedad civil.
Mientras que la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez, aseveró que fue un instrumento exitoso que debe servir para generar protocolos de seguridad, la Coparmex en la Ciudad dijo que fue una medida insuficiente, condenó los actos violentos y demandó que sean investigados.
Los servidores públicos, ataviados con playeras blancas que portaban la leyenda Cinturón de Paz, se instalaron a lo largo de la ruta minutos antes de las 16:00 horas, cuando arrancó la movilización, encabezada por los líderes históricos del movimiento estudiantil y seguido de miles de alumnos de la UNAM, IPN y otras instituciones educativas, así como de grupos anarquistas.
Sin embargo, la fila de servidores públicos se rompió cuando varios encapuchados, en la esquina de Eje Central y 5 de Mayo, rompieron los vidrios de un puesto de periódicos, pintaron edificios y lanzaron bombas molotov contra los policías.
Hasta este punto la marcha se había desarrollado con tranquilidad, pero en 5 de Mayo y el Banco de México los anarquistas hicieron pintas, lanzaron petardos, así como bombas molotov, lo que generó un clima de tensión entre policías y asistentes a la marcha.
El lanzamiento de los petardos terminó por dispersar a la mayoría de los integrantes del Cinturón de Paz en 5 de Mayo, quienes se quitaron sus playeras para evitar ser identificados por los anarquistas. “Guárdate eso, guárdate eso”, gritó una de las integrantes mientras el resto se dispersaba.
Más adelante, en la entrada a la Plaza de la Constitución, hubo otro enfrentamiento. Y llegó el tercer acto violento, la retaguardia, conformada por estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Vallejo y Azcapotzalco, ahí iniciaron de nueva cuenta las agresiones.
Esta vez bajo provocación de un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital del la República, quien arrojó un petardo a los anarquistas, la violencia volvió a detonarse.
Vía el C2, los uniformados radiaban para que se ubicara a los agresores y, a diferencia de las anteriores marchas violentas, esta vez sí hubo detenidos, tres personas, uno de ellos fue identificado como presunto agente de Investigación de la procuraduría capitalina, a quien se le acusó de haber robado el celular de una de las brigadistas.