Aun cuando la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local acordó que analizaría la petición de la diputada panista Luisa Gutiérrez Ureña para ingresar con un policía privado, ésta entró con su vigilante sin impedimentos. “Decidí hacerlo porque nadie en este salón, ni afuera, me garantiza mi seguridad de ser nuevamente agredida por Nazario [Norberto Sánchez, de Morena]. Tengo temor y sólo con protección, que pago yo, me siento segura.
“Me lo autorizó el presidente de la Mesa Directiva, Héctor Díaz Polanco”, de Morena, quien según el artículo 28 de la Constitución local y el 29 del reglamento interno, le otorga dicha facultad aunque para ello necesita el aval de la Jucopo, quien antes acordó esperar.
El morenista decidió dar su aprobación, pues la panista le advirtió que se quejaría ante el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM).
Desde su llegada, Luisa Gutiérrez tuvo a sus espaldas a un hombre de casi dos metros de estatura y corpulento, “pero no está armado; lo revisaron al entrar y los de resguardo comprobaron que no está armado. No se me despegará, sobre todo si aparece mi agresor, a quien no veo en el recinto”, señaló.