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Frente al Templo de San Hipólito, mejor conocido como de San Juditas, decenas de fieles se quedaron esperando a que abrieran para cumplir mandas o pedirle el milagro al santo de las causas perdidas.
En contraparte, la Catedral Metropolitana abrió sus puertas con las nuevas medidas de seguridad establecidas por las autoridades capitalinas y ecleciásticas, aunque ayer estuvo semivacía. Dos realidades contrastantes.
“Nos urge que abran [las iglesias] para presentarnos ante nuestros santos, para pedir que nos ayuden y protejan”, comentó Maricruz, quien se trasladó desde Tacuba, en compañía de su hija, para visitar el Templo de San Hipólito, en medio de la pandemia.
Como ella, son muchas las personas que cada día llegan al recinto para elevar sus plegarias, aunque sea desde la portón principal, que se encuentra cerrado con cadena y candado desde hace tres meses.
Pero el Covid-19 no frenó el fervor religioso de Maricruz para acudir a la iglesia localizada en las inmediaciones del Metro Hidalgo, incluso comentó que se presentó para pedir que “salgamos adelante de la enfermedad” y de la difícil situación económica que se vive actualmente en todo el país.
Dijo que espera que al abrir los centros religiosos la gente sea prudente y acate las medidas sanitarias para que no las cierren otra vez.
Luego de elevar su plegaria se acercó al vendedor más cercano para comprar agua bendita embotellada, con la imagen del San Judas y una figura del venerado.
Cada 28 de mes los devotos abarrotan la entrada sin tener precaución alguna. Fabiola, que vende billetes de Lotería e imágenes religiosas a un lado de la puerta principal de la iglesia, aseguró que los fines de semana por la mañana la afluencia de gente es mayor.
Contó que aunque puso una cuerda alrededor de su puesto para evitar contacto, nadie la respeta y no considera que sea prudente que se abran las iglesias más concurridas como la Basílica de Guadalupe y la Catedral de la a Ciudad de México: “El problema no es la iglesia, sino que la población acate las normas de sanidad”.
Ante las nuevas medidas y disposiciones, el párroco del Sagrario Metropolitano, Luis Alejandro Monroy López, comentó que en la Catedral se tomaron todas las medidas de prevención para la realización de las misas, que van desde colocar tapetes sanitizantes hasta la suspensión del saludo de la paz, pasando por la compra de todo el equipo para medir temperatura y los niveles de oxigenación de la sangre de los feligreses que acudan.
Incluso, dijo, a todo el personal que auxilia en las liturgias se le dio un curso de capacitación virtual sobre cómo se van a llevar a cabo las ceremonias, para evitar en lo posible los contagios.
La Catedral ayer estuvo abierta, pero registró un escasa afluencia. Las autoridades religiosas colocaron pantallas en las que se informa a las personas sobre las nuevas medidas, se colocó señalización para la utilización de las bancas y están a la espera de que dicten las normas de cómo será la confesión.
Esperan que poco a poco la gente regrese a los templos y sea respetuosa de las medidas de prevención para que no vuelvan a cerrar las puertas de los centros religiosos.