Con claxonazos y el rugir de los motores de sus unidades, decenas de choferes de la Ruta 83 despidieron a su compañera Guadalupe en la base de la Colonia Las Alamedas, donde ella laboró por más de cuatro años.
Desde muy temprano, decenas de personas se arremolinaron en la vivienda de la colonia Ancón donde se veló a Guadalupe Alonso Martínez “La Pato” para luego enfilar a la base de las camionetas donde trabajaba.
El cortejo fúnebre avanzó por las calles de la Colonia El Salado y San Sebastián que a diario recorría Guadalupe brindando el servicio de transporte público hacia la Ciudad de México para sostener a sus cuatro hijos.
Antes de iniciar su último recorrido, sus hermanos y sus hijos se turnaron para orar y expresar el último adiós a la hija, hermana y madre de 47 años que fue asesinada dentro de su propia unidad , presuntamente, por su pareja.
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“Justicia, no queremos más impunidad”, gritó una de las familiares mientras los cuatro hijos de Guadalupe que quedaron en orfandad se tomaban de las manos sobre el féretro de su madre.
Cerca de las 14:00 horas, la columna se dirigió al lugar donde fue encontrada la camioneta, a 500 metros de la base, la mañana del jueves, donde los familiares descendieron para abrazarse.
Algunos de sus compañeros aprovecharon para tocar el ataúd y despedirse de cerca con lágrimas en los ojos. Luego de que los checadores le dieron “la salida”, la camioneta en la que viajaba su cuerpo se dirigió al panteón municipal en Los Reyes Acaquilpan, donde fue sepultada entre exigencias para que se haga justicia.
El pasado jueves Guadalupe fue localizada en los asientos delanteros de su camioneta Nissan Urvan, que ella misma había adquirido para sustentar a sus cuatro hijos. Aunque los reportes preliminares señalaban dos disparos como causa de muerte, tras la necropsia se descubrió que presentaba varios golpes en el cuerpo y habría muerto por asfixia.
Conforme avanzan las indagatorias la versión de una muerte por razón de género se fortalece, pues su pareja, Miguel, exagente de la Guardia Nacional , la violentaba desde que hace dos años decidieron vivir juntos.
La meta a largo plazo de Guadalupe era dejarle una camioneta a cada uno de sus hijos para que pudieran ganarse el pan honradamente y no depender de un jefe.
Y junto con su hermana había planeado vacacionar en diciembre próximo en Guadalajara.
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