Carlos de la Fuente soñó a San Judas Tadeo en medio de una mala racha. Contó su sueño a un conocido, quien no dudó en regalarle una representación de este santo venerado el 28 de cada mes.
Acompañado de Javier, viajó desde Veracruz para estar en la última misa del año en el templo de San Hipólito, donde se venera a San Judas, y pasar unos días en la Ciudad para cerrar 2022.
A Javier lo ayudó para que su madre saliera de la depresión. “San Juditas me ayudó mucho para que mi mamá pudiera salir de eso y gracias a Dios, todavía la tengo conmigo”, comentó.
A decir de las personas, había poca gente en el templo de San Hipólito, pero “es un gusto venir a festejarlo”. Apenas una valla metálica dividía avenida Hidalgo de la gente, no se registraron filas enormes, ni tumultos.
A la entrada del templo, a comparación de otros 28 de mes, el ingreso fue fluido. Afuera, muchas personas, sobre todo adultos mayores, se sentaron cerca de la reja que cubre San Hipólito únicamente para escuchar la misa.
Los creyentes acudieron para cerrar el año, pedir por el bienestar, pero la mayoría solicitaron prosperidad en el trabajo.
Otros cumplían su año de manda, como Ariana Soria, quien acudió con una bolsa de chocolates que fue entregando a cada una de las personas. Ella le pidió a San Judas que ayudara a su padre en una operación en el corazón, y se lo cumplió.
Personal de la SSC implementó un dispositivo de seguridad y vialidad con 162 oficiales apoyados por 12 vehículos, una motocicleta, una ambulancia de ERUM y una aeronave de Cóndores, para proteger la integridad de los feligreses.