Más Información
Tribunal Electoral da luz verde al INE para seguir con elección judicial; suspensiones de jueces no frenan proceso, determina
Claudia Sheinbaum presume reformas constitucionales en G20; propone hacer política para construir paz
Hallan cuerpo de Manuel Rafael Ramírez Gutiérrez, empresario de la CDMX en Aguascalientes; murió por impactos de bala
Hallan sin vida a Ángel Fernando, estudiante de la Prepa 4, desaparecido en Chapultepec; esto se sabe del caso
Departamento de Justicia planea ofensiva histórica contra Google; busca obligarlo a vender Chrome, reporta Bloomberg
“América Latina Unida”; Claudia Sheinbaum se reúne con presidentes de Brasil, Chile y Colombia en el G20
Dicen que murió dormido, tranquilo, sin sobresaltos antes de cumplir 85 años, a pesar de que a inicios de enero ingresó al hospital por Covid-19, pues el virus no respetó la investidura del obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda.
Este 2 de febrero en la capilla Alpes del Panteón Francés, al poniente de la Ciudad de México y en un escenario muy diferente a las agrestes tierras de Ecatepec, familiares y amigos le dieron el adiós.
Aquí inició la despedida del hombre que lo mismo capoteó toros, estudió Derecho en la UNAM en la década de los 50 y después se ordenó como sacerdote, al tiempo que fue banquero y diestro en el manejo de acciones en la bolsa de valores.
Amigo de políticos del PRI y del PAN, Cepeda falleció la noche del 31 de enero a causa del Covid-19.
Una urna de mármol blanco resguardó las cenizas del controvertido obispo, cuya peculiar forma de hablar, con palabras altisonantes, rompió con la solemnidad de la curia.
Tan sólo una docena de personas asistieron al velorio en el Panteón Francés, “que es estrictamente familiar”, señaló el hermano del obispo, Enrique Cepeda.