Tlalnepantla, Méx.— Alrededor de las 13:00 horas de este viernes, rocas se desprendieron del cerro del Chiquihuite y, por su tamaño, sepultaron al menos cuatro viviendas en la colonia Lázaro Cárdenas, en Tlalnepantla.
Dejó como saldo una mujer fallecida y los cuerpos de emergencia buscan a otras 10 personas, seis adultos y cuatro niños, entre los escombros.
Al lugar acudieron equipos de Protección Civil y rescatistas de los gobiernos local, estatal, federal y de la Ciudad de México, para buscar debajo de las enormes piedras a las víctimas.
A las 16:00 horas fue rescatada una persona con lesiones y el cuerpo sin vida de María Rodríguez Martínez, de 21 años.
Las labores están a cargo de las coordinaciones de Protección Civil nacional y mexiquense, con el apoyo de elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Por la tarde acudió el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, y dijo que aún era “temprano” para señalar las razones del deslave, pero, esbozó, pudo ser provocado por las intensas lluvias registradas a lo largo de varias semanas y el sismo de 7.1 grados del 7 de septiembre.
Las autoridades establecieron dos albergues para quienes requieran resguardo ubicados en el Comedor Comunitario El Puerto, en avenida del Puerto, en la colonia El Puerto, y en el Deportivo Caracoles, en la colonia Constitución de 1917.
Cerca de las 13:00 horas el estruendo sorprendió a los vecinos, que si bien habían reportado al ayuntamiento sobre las grietas y el riesgo de deslave; hasta ayer por la tarde conocieron la fuerza de la tierra.
De acuerdo con testimonios, las enormes rocas del cerro del Chiquihuite se resquebrajaron en un talud que sepultó todo a su paso. El polvo cubrió la calle Alacrán, hombres y mujeres salieron corriendo para resguardarse. Las piedras devoraron viviendas.
María, una de las vecinas, narró a EL UNIVERSAL que escuchó que “retumbó” todo cuando se iba saliendo de bañar.
“Iba a agarrar a mi hijo, cuando retumbaron hasta las ventanas, se escuchó cómo rodaban las piedras, entonces se hizo una polvareda fea, no se podía pasar, no veíamos nada”.
Comentó que los vecinos habían denunciado al municipio sobre las fallas de la zona y que caía agua como cascadas, pero “sólo venían a ver y se iban”.
Narró que en una de las casas sepultadas viven unos amigos suyos, de los que no sabe nada. “Nadie nos ha informado, sólo lo que vemos en las noticias y me voy a tener que ir con unos familiares que viven en San Juanico mientras pasa todo”.
Juan Manuel, otro vecino, platicó que después del estruendo corrieron a ayudar. Dijo que no conocía a los afectados e intentó rescatar a alguien con vida, pero al llegar Protección Civil, les pidieron retirarse.
La zona fue acordonada por policías, cuerpos de emergencia, ambulancias, militares y Protección Civil. Enseguida se escucharon las sirenas de las unidades de la Cruz Roja que comenzaron a llegar, para entonces, decenas de hombres y mujeres ya trataban de localizar con vida a sus vecinos y amigos, con los que habían convivido y compartido décadas y que no han sido localizados.
Con el paso de las horas, los pobladores comenzaron a llevar paquetes de agua, comida, café, tamales, herramientas, cuerdas, para que por la noche no se detuvieran las maniobras de rescate en la zona.