Vender productos para celebrar la Independencia de México es una tradición mexicana no sólo por la historia que representa, sino por quienes desde febrero comienzan a elaborar los moños, llaveros, banderas y demás artículos que ofrecen, desde este fin de semana, en los carritos instalados a lo largo de la avenida Juárez, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Este año la monumental bandera, junto con la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, en un llavero elaborado de peluche y plástico, son los artículos más cotizados, y para los creyentes: las imágenes de la Virgen de Guadalupe y San Judas Tadeo envueltos en colores patrios.
Evelyn Contreras y Yahir Graciano son vendedores de artículos conmemorativos de las fiestas patrias; los une ser parte de una misma familia de comerciantes originarios de Santa Ana Jilotzingo, Estado de México, que desde el mes de febrero de cada año comienzan a elaborar sus productos.
En esta ocasión, la principal preocupación no fue obtener el permiso para la venta de su mercancía en las inmediaciones del Centro Histórico, sino hacer frente a la inflación, ya que hubo un alza de hasta 25% en la materia prima.
“Todo es elaborado a mano y mexicano. Nada es chino”, desde los adornos con imágenes religiosas, las banderas y las figuras clásicas del chile y el mariachi. “Lo que más subió fue el plástico y la tela, casi 25%”, aseguró Yahir Graciano, a EL UNIVERSAL.
Yahir está a la espera de que el Gobierno capitalino los deje instalarse cerca del Zócalo para incrementar las ventas y poder expandir sus productos, pues en tres días de venta “no les ha ido del todo bien”.
“Todos somos familia, hijos, yernos y desde que tengo memoria siempre he trabajado en esto. Desde pequeño me han traído, y si puedo, voy a heredar esta tradición a mis hijos”, afirmó.
Evelyn Contreras Graciano relató que desde niña, sus papás le inculcaron el amor a la venta de artículos patrios; “cuando era niña me traía acá al Centro, este negocio es familiar, todos los que estamos aquí esperando pasar al Zócalo somos familia”.
También dijo que después de dos años de restricciones por la pandemia, es un respiro volver a vender. “Por la aplicación de las vacunas contra el coronavirus, la gente está más confiada en volver a celebrar y deseamos que compren productos”.
“Todo subió. Todo el material se elevó, por consiguiente la mano de obra. La bandera la estaba dando en 40 pesos hace un año, hoy está en 55 o 60 pesos. Tampoco le podemos subir mucho porque la gente no lo compra, y se va con lo chino, porque es más barato. Y sí es más barato, pero la calidad es distinta”, señaló.
Don Fernando Graciano también oferta moños para el cabello, sombreros, playeras, máscaras de luchadores con los colores verde, blanco y rojo, aretes, muñecas artesanales, trompetas, matracas y los clásicos llaveros del Peje, que se ofertan en 45 pesos; el año pasado su precio fue de 35 pesos.
Dentro de todos los artículos están los tradicionales juguetes mexicanos como las guitarras de madera y los tambores, aunque lo americano se impone con figuras clásicas de caricaturas para niños, para “hacerlos más atractivos”, confiesan los vendedores.
El Gobierno de la Ciudad de México estima que se coloquen 200 puestos en el Centro Histórico, dos por cuadra, además de que no estará permitido instalarse en vialidades de ruta de la Línea 4 del Metrobús, la calle Francisco I. Madero, el Eje Central: desde Madero a Donceles, de Tacuba a Bolívar, y desde el Eje Central a la Alameda.
También está prohibida la venta de mercancía que no sea la tradicional, como piratería, pirotecnia, playeras o estampados.