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Aunque la nueva procuradora, Ernestina Godoy Ramos, reconoce que existe corrupción y altos niveles de impunidad en las estructuras de investigación de la procuraduría capitalina, afirmó que no empezará una “cacería de brujas”, es decir, no habrá sanción para aquellos servidores públicos que están o estuvieron involucrados en alguna irregularidad. La funcionaria adelantó que incluso se investiga al otrora jefe de la Policía de Investigación (PDI), Raúl Peralta.
Godoy dijo también que hay un rezago enorme en las órdenes de aprehensión, así como en la llamada cifra negra, pues actualmente la ciudadanía no confía en la institución y nadie denuncia, “sólo lo hacen cuando es estrictamente necesario por la cuestión del seguro de algunos productos”.
Al respecto, mencionó que a partir de enero iniciará un nuevo esquema en la institución para corregir situaciones que dejaron sin credibilidad a la procuraduría en otras administraciones. Advirtió que se rediseñará la Visitaduría Ministerial, en la que participarán comités ciudadanos para verificar el trabajo del Ministerio Público en torno a las investigaciones de casos criminales y dar certeza jurídica a las víctimas.
En conferencia, reconoció que existe un amplio rezago en carpetas de investigación y en órdenes de aprehensión. Muestra de ello es que en Iztapalapa el rezago supera las 2 mil indagatorias que no han sido resueltas.
Precisó que en materia de órdenes de aprehensión, el nuevo esquema de la dependencia dará prioridad a los delitos considerados graves o de alto impacto para acelerar los procesos judiciales.
Godoy Ramos sostuvo que en los primeros 15 días al frente de la dependencia detectó que la falta de credibilidad ciudadana en la institución obedece a los amplios niveles de impunidad.