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Luego del operativo para el retiro de ambulantes y la liberación del Eje 1 Norte, comerciantes aseguran que sus ventas cayeron 80%.
Por ello, pidieron a las autoridades que hagan el retiro de las vallas metálicas que delimitan la zona liberada, la cual antes era ocupada por el comercio informal.
La tarde de ayer, comerciantes observaron a un grupo de trabajadores de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México y les hicieron dicha petición.
“Nos hemos sentido presionados porque las ventas bajan. Por un lado estuvo bien que hicieran esto [liberación del Eje 1], pero por unos pagan otros, nosotros que llevamos 30 años, pues sí nos perjudica esto de las vallas, porque la gente no viene, la gente se asusta”, indicó Mauricio Negrete, comerciante de la zona, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Negrete comentó que la relación con la policía capitalina es buena con todos los comerciantes y han sentido mayor seguridad al respecto, pero los clientes han dejado de acercarse a los negocios, como el suyo, que se encuentra a espaldas de la estación Lagunilla de la Línea B del Metro.
“Mi necesidad es vender para alimentar a mis hijos, mi familia, para mucha gente es fácil decir, ‘los quitamos y ya’, quitaron muchos comerciantes, está bien, pero ya es necesario que nos quiten las vallas. Los agentes son buenos, educados, la convivencia es buena, pero que nos dejen trabajar bien”, expuso.
El comerciante aseguró que su negocio tiene presencia en la zona incluso antes de que se construyera esa estación, y recordó que entonces tuvo que perder la mitad de su puesto.
En un recorrido realizado por esta vialidad se observó, a casi un mes del operativo, que todavía se encuentran elementos de la policía, los vehículos rinos, y se mantienen los rondines de las unidades policiales.
Los carriles del Eje 1 Norte están delimitados y en medio colocaron conos amarillos para que automovilistas no invadan el sentido contrario de los carriles por avanzar rápido y rebasar.
El pasado 7 de junio las autoridades capitalinas realizaron un operativo con el que retiraron cerca de mil 400 puestos ambulantes.
Desde ese día y hasta la fecha no ha disminuido la presencia de la autoridades, el despliegue de la policía se volvió cotidiano, pero, según pudo constatar esta casa editorial, la afluencia de personas es continua.
Para los que sus puestos quedaron arriba de la banqueta, las vallas llegan a ser un problema, pues dificulta el acceso de los clientes a los comercios.
Desde hace unos días también se comenzaron a instalar bolardos y pintaron cajones para bicicletas, entre otras acciones.
Al cuestionar a los comerciantes sobre si veían posible que regresaran los vendedores ambulantes, respondieron que no, y coincidieron en que muchos de ellos ni siquiera eran de la zona, pero los imponían.
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