René, Natalia, Santiago y Luis, cuatro jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), son los primeros mexicanos en participar en la categoría nueve kilómetros en la competencia de cohetería espacial Spaceport American Cup, con el primer modelo que utiliza un motor de propulsión híbrida en México.
Entusiasmados y con una sonrisa, los universitarios de entre 22 y 24 años cuentan a EL UNIVERSAL que Xitle, como llamaron a su cohete, obtuvo el quinto lugar en mejor diseño en una competencia en la que participaron más de 150 equipos.
Para Santiago Arroyo, de 22 años, estudiante de Ciencias de la Computación, participar en este proyecto fue hacer realidad el sueño de su niño interior, pues era algo que veía muy lejano, en otros países o en películas; no obstante, lo que buscan, dice, es sentar el precedente de que se está haciendo esta tecnología aeroespacial en nuestro país.
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“La emoción personal de estar ahí, yo seguía en redes sociales a universidades como Waterloo, o Cornel y de verlo como algo muy ajeno, allá en la competencia ellos se acercaron a pedirnos consejo. Ese tipo de cosas alimenta la moral. En México sí tenemos la capacidad”, expresa el joven.
El origen de Xitle se remonta a 2021, cuando los jóvenes conformaron su equipo en medio de la pandemia y desde sus casas, realizando pequeños cohetes “con lo que teníamos a la mano”, lo que les permitió sentar las bases para crear el cohete supersónico, recuerda Luis Ernesto Bolívar, estudiante de 24 años de la carrera de Ingeniería Mecánica.
“La categoría a la que entramos es la más complicada, técnicamente es la más exigente. A lo largo de estos meses fuimos entregando reportes técnicos, diseñando, manufacturando y probando el cohete”, explica Luis Ernesto.
Tras pasar por un proceso de selección, los muchachos fueron aceptados en la competencia que tuvo lugar en la localidad de Las Cruces, Nuevo México, Estados Unidos, por lo que en enero pasado comenzaron con el diseño y manufactura del cohete.
“Por lo general, no estamos acostumbrados a que en México se escuchen noticias de tecnología espacial, es algo muy reciente. Ir allá, competir con estudiantes de otras nacionalidades, en las que ya se tiene un programa espacial desarrollado, es muy interesante. Es bueno que nos midamos a ese nivel, genera esperanza de que en un futuro podamos desarrollarnos al nivel de ellos”, expresa.
Natalia Mejía, quien cursa el octavo semestre de la carrera de Matemáticas, considera importante destacar que esto es un ejemplo de que México “sí tiene las capacidades y herramientas” para alcanzar el mismo nivel que en otros países.
Mientras, René Isaías, estudiante de la carrera de Ingeniería Espacial, puntualiza que participar en este proyecto les permitió no sólo explotar todas sus capacidades y habilidades sino incursionar más allá del ámbito universitario, también en el entorno laboral.
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La semana pasada, la alcaldesa de Tlalpan, Alfa González Magallanes, entregó apoyos por 15 mil pesos a cada uno de los estudiantes, para un total de 60 mil pesos, como parte del programa social Tlalpan Contigo.
Originalmente, el proyecto inició con un equipo de ocho integrantes, que fue creciendo hasta convocar a 28 jóvenes de distintos lugares del interior de la República. Los cuatro jóvenes estudiantes de la UNAM viven en Tlalpan, por lo que se hicieron acreedores al apoyo de parte de la demarcación.