Los cuatro presuntos integrantes de una célula delictiva que opera en Sinaloa y quienes trasladaban mil 600 kilogramos de cocaína hacia la Ciudad de México permanecerán en el Reclusorio Norte, hasta que se defina su situación jurídica el próximo martes.
A este reclusorio fueron trasladados por agentes de la policía de investigación de la Fiscalía General de Justicia (FGJ), por lo que la audiencia inicial de orden de aprehensión se desarrolló en las salas de oralidad de este penal, bajo un dispositivo de seguridad menor al que se desplegó la semana pasada con los detenidos de Topilejo.
Durante la audiencia, el Ministerio Público presentó los datos de prueba con los que buscan acreditar la comisión de los delitos contra la salud, pues los cuatro sujetos fueron detenidos el martes cuando trasladaban droga al interior de dos tractocamiones de doble fondo.
En medio del debate en las salas, uno de los defensores legales solicitó un receso de media hora para conocer la carpeta de investigación y poder realizar la defensa adecuada. Pasados estos minutos, los litigantes y el Ministerio Público ingresaron para reanudar el acto.
Fue ahí que el juzgador calificó de legal la detención de los sujetos, así como los datos de prueba aportados en esta etapa inicial del proceso, por lo que determinó la prisión preventiva oficiosa en contra de los imputados.
En tanto, la defensa solicitó la duplicidad de término de 144 horas, por lo que será el próximo 2 de agosto cuando se decida la situación jurídica de los sujetos.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) detuvieron a los hombres después de asegurar poco más de una tonelada 600 kilogramos de cocaína colombiana, transportada en dos tractocamiones con cuatro plataformas, así como un vehículo que al parecer los escoltaba.
El martes, la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en conjunto con elementos del Estado de México, decomisó 1.6 toneladas de cocaína provenientes de Colombia; parte de este cargamento terminaría en el Barrio de Tepito, mientras que el resto se dirigiría hacia la costa oeste de Estados Unidos en Los Ángeles, California.
El decomiso fue catalogado como el más grande que se haya hecho a una estructura criminal, con un valor de 400 millones de pesos, que se duplicaría en EU.
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