Todo parece indicar que el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, tendrá que incorporar otro grupo delictivo a su lista de los objetivos prioritarios a desmantelar en la CDMX: el Cártel de Sinaloa. Nos explican que esta organización comienza a tener mayor presencia con el debilitamiento de los grupos delictivos locales La Unión Tepito y La Anti-Unión Tepito, situación que se vio reflejada con el aseguramiento fortuito de cerca de media tonelada de cocaína en calles de la alcaldía de Miguel Hidalgo, donde el pasado lunes también detuvieron a dos integrantes de esa organización criminal.
En el tema de la inseguridad, nos recuerdan que la frialdad de los números lo dice todo, por lo menos los que da a conocer el Inegi. Al presentar el índice de percepción de inseguridad, las alcaldías mejor evaluadas, casualmente, son las gobernadas por la oposición, como es el caso de Benito Juárez, la mejor calificada en la materia, gobernada por el panista Santiago Taboada; Cuajimalpa, que encabeza el priista Adrián Rubalcava, y la de Coyoacán, con el experredista Manuel Negrete. En contraparte, los ciudadanos que consideran que sus localidades son las más peligrosas de la capital residen en Álvaro Obregón, donde hasta el sábado pasado la encabezaba la morenista Layda Sansores; Iztapalapa, que administra Clara Brugada, y Tláhuac, con Raymundo Martínez Vite, ambos también de Morena.
La Junta de Coordinación Política (Jucopo) y la Mesa Directiva del Congreso local deberían ya de hacer algo a tantas faltas de las coordinadoras del PT y PVEM, Circe Camacho Bastida y Alessandra Rojo de la Vega Piccolo, lo mismo que del vicecoordinador de la Asociación Encuentro Social (AES), Miguel Ángel Álvarez Melo. Dicen que a los diputados ya se les hizo costumbre no acudir tanto a las reuniones de la Jucopo, como de la Conferencia Legislativa, pues su ausencia de nueva cuenta puso en riesgo la realización de la sesión de la Comisión Permanente para este miércoles, pues apenas y cubrieron los votos establecidos por la Ley Orgánica y el Reglamento del Congreso.
El alcalde Nezahualcóyotl, Juan Hugo de la Rosa, se está tronando los dedos, porque en medio de la pandemia por coronavirus, dice que para este año enfrentará un recorte presupuestal de mil millones de pesos, lo que le complicará la atención de las necesidades de los habitantes, así como de familiares de enfermos. A ello habrá que sumarle el tema del proceso electoral que se avecina para el alcalde sin partido, pero que querrá mantener la presencia en el ayuntamiento. Si las cosas no cambian, don Juan Hugo tendrá que aplicar la fórmula de Chava Flores con Bartola.