Más Información
Inai ordena a Mexicana entregar contratos para arrendamiento de aviones; reservar información es improcedente, afirma
“Reloj es real”: García Soto contesta con video a Luisa Alcade; “le corresponde a usted investigar”, afirma
“Este regalo se los manda el señor 88"; Cártel de Jalisco reparte roscas y juguetes en comunidades de Tabasco
Cómo un jarrón “perdido” puede llevarte a la cárcel; las trampas de la nueva reforma de prisión preventiva oficiosa
Segunda tormenta invernal azota el norte del país; prevén caída de nieve y aguanieve en estos estados este 9 de enero
metropoli@eluniversal.com.mx
Toluca, Méx.— Botellas de pet que se convierten en ropa y accesorios de vestir sustentables con causa social es Konsi, proyecto de un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), quienes desarrollaron un modelo de negocios avalado por Naciones Unidas (ONU).
Todo inició hace dos años cuando Andrea Sofía Rosales Vega, estudiante de Relaciones Económicas de la Facultad de Economía, junto con otros compañeros, inscribió su proyecto a una convocatoria de la ONU, con el que propone un nuevo uso de las botellas de pet y sus tapas, convirtiéndolas en playeras, bolsas, paliacates o sudaderas.
“Sin tener nada materializado se inscribió el proyecto y fue reconocido como uno importante de producción y consumo responsable para la implementación de la agenda 2030”, platica.
Entonces, dice, inició el proceso de consolidación, en el que estos jóvenes, de 20 y 21 años, quieren integrar a más organizaciones civiles dedicadas a temas como educación, ciencia y tecnología, ambiental, social y artes.
“Lo que nosotros hacemos es darle la oportunidad a las asociaciones de vender mercancía con sus diseños personalizados, resaltar su talento y les donamos 10% de las ventas de su línea, porque cada historia se convierte en una línea distinta y única que manda un mensaje con causa”, precisa.
Para Paloma Corral, Nazdareth Barrón, Miguel Robles, Yulissa Dolores y Emanuel Álvarez no ha sido fácil enfrentarse a un mundo de adultos. Coinciden en que son considerados millennials que podrían ser poco responsables; sin embargo, su proyecto se tradujo en una plataforma para que ellos aprendan de áreas que involucra el proceso de producción, lo cual les genera experiencia laboral.
La recolección de la materia prima la hace otra asociación de alumnos universitarios de apenas 18 años, que tiene sedes en Monterrey y Jalisco, quienes envían el producto a la industria que lo regresará en piezas de vestir.