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emilio.fernandez@eluniversal.com.mx
Chimalhuacán, Méx.— Ocho días después de que desapareció del barrio de San Lorenzo, sus padres identificaron su cuerpo en el Servicio Médico Forense.
Giselle, de 11 años, fue vista con vida por última vez el sábado 19 de enero, desde entonces su familia, amigos y vecinos iniciaron su búsqueda por cielo, mar y tierra.
Colocaron carteles con su fotografía en un sinfín de lugares, así como en las redes sociales con la esperanza de que alguien la hubiera visto o diera alguna pista de su paradero.
A la búsqueda se sumaron las autoridades de Chimalhuacán, municipio donde en 2015 se emitió la Alerta de Género y en el que en 2018 se registraron nueve feminicidios, la segunda cifra más alta en el Estado de México, sólo después de Ecatepec, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Lamentablemente, para sus seres queridos la noticia de que estuviera con bien nunca llegó.
El jueves el cadáver de una mujer fue hallado por policías locales en un terreno baldío, a 100 metros de distancia del camino a Pueblo Nuevo, en la comunidad de Coatepec, municipio de Ixtapaluca.
La víctima estaba tendida boca abajo, sin ropa, pero de la cintura para arriba carcomida por la fauna de la zona.
La Fiscalía mexiquense efectuó el protocolo de investigación en materia de feminicidios y confirmó que el cuerpo era de Giselle. “Hasta el día de ayer [domingo] se confirma que el cuerpo encontrado en este lugar baldío en Ixtapaluca corresponde al de la niña Giselle”, contó Cristóbal Hernández Salas, director de la Policía Municipal de Chimalhuacán.
Los padres de la pequeña recibieron la mala noticia el domingo y después de identificarla les entregaron sus restos. Este lunes le dieron el último adiós. A su casa, localizada en el barrio San Lorenzo, acudieron los que ayudaron en su búsqueda para despedirse de ella.
Una misa de cuerpo presente se realizó en su honor. Sobre el féretro fue colocada una de sus fotografías, en la que lucía sonriente, como la quieren recordar todos los que la conocieron.
Sus compañeros de sexto grado, vestidos con prendas de color blanco, corearon porras para hon-rar su memoria. “Cómo no la voy a extrañar si fue muy buena jugadora, espectacular, o sea, tenía una manera que era única ”, dijo Ángel, uno de sus amigos.
Sus padres, devastados por la tragedia que enfrentan, exigieron justicia a las autoridades. El cortejo fúnebre se dirigió a Ixtapaluca, municipio donde fue encontrado su cuerpo, para sepultarla.
El alcalde de Chimalhuacán, Jesús Tolentino Román Bojórquez, comentó que no encontraron alguna evidencia que pueda identificar al presunto responsable de su muerte. Hasta el momento no hay detenidos por la desaparición y asesinato de Giselle.