Tultepec, Méx.— “¡Claudia, presente!, “¡Claudia, presente!”, fue el pase de lista con el que entre lágrimas y porras fue despedida por sus compañeras una de las ocho víctimas de la familia masacrada en La Cañada, cuando fue sepultada junto con su madre, su hermana, sus tres hijos y su sobrina en el panteón de Xahuento.

Esto a tres días de que fueron acribilladas por un grupo delictivo mientras dormían, que al parecer buscaba a Jonathan, joven pareja de una de las mujeres, al que también mataron, de acuerdo con la investigación de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).

Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, integrado por personal de la Guardia Nacional y el Grupo de Operaciones Especiales, se llevó a cabo el sepelio de doña Rosa (la matriarca de la familia), sus dos hijas y cuatro nietos, en su mayoría niñas, en el panteón de Xahuento de Tultepec.

La familia fue atacada entre la noche del domingo y la madrugada del 11 de abril por cuatro sujetos armados que llegaron en dos motocicletas a su casa, donde incluso dispararon en la cabeza a las niñas y a un bebé de 18 meses en la cerrada Mazahua, en La Cañada; las tumbas y los dolientes fueron rodeados por el Grupo de Operaciones Especiales con armas de alto poder.

Desde la funeraria de Izcalli, una fila de patrullas y camionetas en las que viajaban policías armados con fusiles automáticos acompañó las cuatro carrozas que transportaban los cuerpos.

En el cementerio de Xahuento, que se caracteriza por su cruz monumental de más de 35 metros de altura, trabajadores abrieron siete fosas profundas. En las dos primeras fueron sepultadas dos niñas; en la tercera quedaron juntas las cajas blancas de Mía y de Aldahir; posteriormente el cuerpo de Claudia, seguido por el de Jazmín y después el de doña Rosa.

En la misma fila del panteón quedó la excavación vacía para la octava víctima, un joven de 22 años identificado como Jonathan.

Globos blancos de cantoya fueron lanzados al aire para despedir a los angelitos de esta familia, al inicio del sepelio de las niñas, en el que reinó el silencio.

Únicamente el pase de lista en el que un grupo de mujeres que gritó “¡Claudia, presente!”, “¡Claudia, presente!”, interrumpió de forma emotiva el sigilo del sepelio de la familia de mujeres, para despedir a su compañera de trabajo, quien era mesera en fiestas locales; mientras, familiares y amigos recordaron con dolor a las tres mujeres que siempre “trabajaron duro para sacar adelante a sus hijos, ya sea lavando o planchando ropa”.

En tanto, autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México informaron que mantienen una intensa investigación a fin de dar con el grupo de homicidas, que podrían ser detenidos en las próximas horas.

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