Poco cambió el ritmo en el Centro Histórico de la Ciudad de México con el anuncio del semáforo epidemiológico Covid-19 en color verde. Un día antes de que se oficialice el nuevo estatus, cientos de personas volvieron a abarrotar las calles, tal como ocurrió en el color rojo y amarillo.
La falta de la sana distancia se hizo presente para ingresar a tiendas o atravesar el Eje Central Lázaro Cárdenas. Sobre la calle de Madero, dos trabajadores del Gobierno de la Ciudad aún entregaban gel antibacterial a las personas que ingresaban; sólo algunos les hacían caso.
El uso de cubrebocas se respetó, pero no faltó quien caminaba sin él, incluso en esta situación, se pudo observar a familias completas que paseaban ante la mirada de las personas de quienes sí portaban la protección.
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En calles como 16 de Septiembre, Palma, República de Uruguay y hasta San Juan de Letrán, centenares de personas podían verse a la distancia, zigzagueando para evitarse entre sí.
En las bancas de la Alameda Central, personas de la tercera edad y parejas conversaban tranquilas, degustaban algún alimento o simplemente observaban las batallas de rap que congregaban a veintenas de jóvenes frente al Palacio de Bellas Artes.
Daniel Sánchez dijo que la gente ya se está tomando muy en serio el semáforo verde y que aún se asumen muy a la ligera el Covid-19. “Prácticamente esto sigue y debemos seguir con las medidas, yo sigo creyendo que los contagios van a seguir”, expresó.
Para el señor Luis también es necesario seguir con las medidas, ya que la evolución de la enfermedad dependerá de los mismos capitalinos.
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Sin embargo, eso no impidió que este sábado en las calles del Centro se registraran grandes multitudes de personas.
EL UNIVERSAL realizó un recorrido por diferentes puntos del primer cuadro de la capital para verificar si con el anuncio de la entrada del semáforo verde el próximo lunes, los capitalinos relajaban las medidas.
Aunque no se mostró una ruptura total de los protocolos, como dejar de usar el cubrebocas, los capitalinos consultados señalaron que creían que las personas relajarían las medidas.
El señor Rodimiro, quien caminaba lentamente sobre avenida Juárez, comentó que este sábado observaba más gente que en días anteriores, pero que el cambio de semáforo era necesario.
“La gente está muy harta ya, quieren salir, tiene que trabajar, yo creo que el gobierno hizo bien”, externó.
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Relató que él ya se había aplicado sus vacunas y que esperaba que el resto de la población mexicana pudiera lograrlo.
Pidió a los capitalinos que no bajen las medidas, pues el virus continúa. “No hay que quitarse el cubrebocas, eso debe continuar aunque ya esté libre el semáforo”, comentó.
Mientras, los negocios están en la nueva normalidad. Las mesas y sillas están en las banquetas y cada vez son más los capitalinos y extranjeros que ocupan estos nuevos espacios. La mayoría de los negocios tiene abiertas sus ventanas para que haya más ventilación. También en el arroyo vehicular, el tránsito era intenso.
Luego de casi un año de pandemia, la Ciudad de México, debido a la baja en indicadores Covid-19, como la disminución en el número de hospitalizados, pasó por primera vez al semáforo color verde.
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Sin embargo, la reapertura de actividades es gradual para evitar un rebrote. Lo que regresa el lunes son las clases presenciales en escuelas.
El gobierno de la Ciudad de México informó que hasta el 4 de junio hay 662 mil 53 casos acumulados de Covid-19; 5 mil 462 son los casos activos.
Además, hay 43 mil 39 defunciones en lo que va de la pandemia en la capital del país.