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“Ya descansaron mis orejitas. Ya era demasiado tiempo”, dijo Víctor Evangelista, uno de los visitantes de la Alameda Central, en el Centro, quien decidió ya no portar el cubrebocas en exteriores, a raíz del anuncio que emitió el Gobierno de la Ciudad de México este viernes.
A unos pasos del Hemiciclo a Juárez, Víctor, junto a su familia, disfruta de las fuentes de agua ubicadas en uno de los parques más reconocidos de la capital.
“Por eso ya no lo traigo, la verdad es que con las vacunas me siento más seguro, pero, sobre todo, ya descansaron mis orejitas. Todo el día portándolo, en la oficina, sí llega a lastimar”.
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Aseguró, sin embargo, que lo portará en espacios cerrados y con poca ventilación. “Es recomendable todavía tenerlo. En lugares aquí, donde circula el aire, se puede dejar de utilizar. Obviamente si vemos que hay muchísima gente lo más seguro es seguir utilizando, pero en la calle ya podemos prescindir de él. Ya era justo, era demasiado tiempo”.
Johana Cruz, en cambio, es una de las ciudadanas que aún no deja de portar el cubrebocas en exteriores e inlcuso ocupa dos piezas durante su visita a la Alameda Central.
El motivo, dijo, es que perdió a familiares el año pasado por el Covid-19 y, aunque el gobierno recomendó dejar de utilizarlo en espacios abiertos, ella y su hija seguirán utilizándolo porque la pandemia aún sigue.
“Es una medida para evitar el contagio porque aunque muchos dicen que ya no está la enfermedad, no creo que sea verdad. Hay gente que aún sigue contagiándose. Para nosotros es necesario, porque ya tuvimos pérdidas familiares y no nos gustaría pasar otra vez por lo mismo”, expresó.