En lo que parecía una clase de llena de estrellas del cuadrilátero, los actores políticos no dejaron atrás los guiños a sus ideales de gobierno. De pronto, todo eran “vivas” para la jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum.

A través de una videollamada, pues hace unos días dio positivo a Covid-19, se mostró emocionada con la asistencia de las 14 mil 299 personas que desde las seis de la mañana del domingo abarrotaron el Zócalo y formaron parte del Récord Guinness por la clase de box más grande del mundo.

“Vamos a hacer historia”, dijo durante su transmisión, la jefa de Gobierno, haciendo una clara referencia al lema de su partido: “Juntos haremos historia”.

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Entre el público se escuchó el “presidenta, presidenta”, pero como si estuvieran apenados por no ser el lugar para una manifestación política, se callaron; el resto de la gente vitoreaba a las estrellas del boxeo que engalanaron la clase.

A eso venían, a ver a los ídolos, a los que desde los barrios del país sacaron la casta para ganar cinturones, para estar en el corazón de los mexicanos que sienten el boxeo en la sangre, como dijo la pugilista Mariana La Barby Juárez: “Nos gustan los fregadazos”.

El vendaje en las manos fue riguroso, las playeras verde, blanco y rojo fueron tomando su lugar, el objetivo era que el lábaro patrio se dibujara en la plancha del Zócalo y las cámaras lo registraran desde lo alto.

Como si fuera un encuentro contra sí mismos, los capitalinos hacían sombra, protegían la zona hepática y el mentón. Enseguida, soltaban el primer golpe del boxeo, el jab, a la altura del hombro. El segundo golpe fue el cruzado.

Al mismo tono, los capitalinos gritaban “jab” y “cruzado”. Luego inició la faena pugilística, y como si estuviera en su pelea más importante, La Barby Juárez sacó la casta, un tanto desconcertada, porque el audio falló y se complicaba dirigir a miles de capitalinos.

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“México, México, México”, comenzaron a gritar, como para dar ánimos y no dejarse caer, como esta capital lo ha hecho históricamente.

Los movimientos eran parejos, esto daba entrada al tercer golpe, el gancho. Lo tiraban decididos para cortar el aire, así hasta los 30 minutos que resistieron una master class impartida por Andy Ruiz, La Barby Juárez, David Picasso y Jacky Nava.

Un grupo de personas identificadas con un letrero de “Iztapalapa”, apoyaban a la edil Clara Brugada, quien al final del evento acudió a tomarse fotos con ellos, incluido el licenciado del Guinness World Récord, quien dio el anuncio de que la Ciudad de México derrocó a Moscú, porque, todo en la vida es quien vence al otro, como en un asalto a 12 rounds.

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