Es su día, sin mencionar 2024, es arropada. Claudia Sheinbaum Pardo, una científica egresada de la UNAM, regresa a un recinto de la máxima casa de estudios, el Palacio de Minería, en el corazón de la Ciudad de México, para rendir un informe por su tercer año de gobierno y llegar a la mitad de su sexenio.
Es puntual y arriba a las 17:00 horas al inmueble ubicado en el Centro Histórico. La recibe, a la puerta, el propio rector de la UNAM, Enrique Graue, quien la acompaña hacia el patio donde es recibida con aplausos.
Sheinbaum viste de manera sobria, con un moño rojo que resalta entre la multitud de funcionarios de los gobiernos local y federal. Académicos, científicos, empresarios, diputados locales y federales y hasta alcaldes de la oposición acuden al informe.
La jefa de Gobierno se dirige al estrado de manera firme, únicamente se detiene a saludar de abrazo y beso a la presidenta del Senado, Olga Sánchez; a las secretarias del Trabajo, Luisa María Alcalde; de Energía, Rocío Nahle, y de Educación, Delfina Gómez. También asiste el líder de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco.
Contrario a otros eventos públicos, Sheinbaum Pardo se quita el cubrebocas para no ocultar su sonrisa y felicidad ante la presencia de viejos conocidos.
En el estrado, quien está a su lado izquierdo es el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, tal como el presidente Andrés Manuel López Obrador hace con ella cuando la invita a sus eventos.
En su discurso, la mandataria hace una recapitulación de las elecciones de 2018, donde ella y el presidente López Obrador ganaron por una amplia ventaja. Presume que no fue un simple cambio de gobierno, sino significó la llegada de la nueva política, que incluye austeridad republicana con un verdadero Estado de bienestar.
Pero llegan más aplausos cuando menciona que la Ciudad de México tuvo su cambio y mejor expresión durante el mandato de López Obrador.
La mandataria capitalina también se da la oportunidad para criticar a la pasada administración y lanza: “Se acabó la frivolidad como forma de gobierno.
“En el camino de la transformación no hay marcha atrás. ¡Que viva la Ciudad de derechos!, ¡que viva la Ciudad de México! y ¡que viva México!”, concluye su discurso y otra vez prolongados aplausos.
No asistieron el canciller Marcelo Ebrard; ni el líder de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, o el propio secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
A su salida, Nahle y Alcalde comentan que Sheinbaum ha hecho un trabajo excepcional, pero declinan opinar si la ven como presidenciable. La fiscal Ernestina Godoy afirma que está enfocada en la capital. Y Mario Delgado, presidente nacional de Morena, entre risas y nervios, apunta que el “gallo” saldrá de una encuesta.
Claudia Sheinbaum sale con una sonrisa, arropada. Todos quieren una foto con ella.
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