En 2023 se reportaron al menos en la Ciudad de México, 13% más que en 2022, según la información del boletín epidemiológico del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud.

Hasta la semana epidemiológica 51 del año pasado, en la capital se reportaron 6 mil 593 casos en hombres y 17 mil 506 en mujeres.

En 2022, el acumulado registrado por las autoridades sanitarias fue de 21 mil 282, de acuerdo con el boletín que se publica de forma semanal.

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Como parte del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemora el 13 de enero, María del Carmen Montenegro, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que esta fecha es importante como una llamada de atención para la prevención de esta enfermedad.

“Es elocuente que el día sea en enero, porque salimos de un momento, diciembre, que siempre está relacionado con el amor, la compañía, lo filiativo, de la importancia de la familia, y es justo uno de los momentos que también se generan muchas tristezas, muchas depresiones, porque socialmente se promueve la unión familiar, el amor a los demás, pero no todos están en condiciones de ello”, dijo.

Comentó que es difícil saber si realmente la depresión va o no en aumento, toda vez que los datos estadísticos disponibles son de las personas que asisten a una institución de salud, pero no necesariamente es un recuento de los que van a un consultorio o que realmente padecen esta condición.

“Por ejemplo, se dice que hay más mujeres que hombres [con depresión]; de 100, 70 son mujeres y 30 son hombres. ¿Pero qué nos dice realmente ese dato? Ese dato no nos dice que las mujeres son más depresivas que los hombres, lo que nos dice es que las mujeres van más a pedir ayuda sicológica que los hombres”, afirmó.

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En entrevista con EL UNIVERSAL, la especialista indicó que es importante conocer las causas que pueden generar una depresión, pues aunque generalmente está asociada a pérdidas —como puede ser la de un ser querido o un trabajo—, recordó que la salud mental no tiene una sola cara, de ahí que una depresión normal, causada por esa pérdida se prolongue demasiado en el tiempo, entonces es cuando se habla de un trastorno.

Montenegro destacó que la pandemia de Covid-19, que obligó a las personas a encerrarse en sus casas, tuvo efectos en algunos grupos de la población, entre ellos los jóvenes, trastocado por esa falta de socialización que puede mermar en su salud mental.

Expuso que una depresión obliga a quien la padece a estar y a preocuparse por sí mismo, por lo que se tendrían que pensar más procesos o políticas que impulsarán el trabajo colaborativo y más fraternidad ante estos casos.

“Pensar en una sociedad con más depresión es pensar en procesos muy individualistas. La depresión obliga a estar con uno mismo, a estar muy preocupados de uno mismo. Entonces, procesos, quizá políticas y demás que pudieran generar más los trabajos colaborativos, más la fraternidad, digamos en términos de colaborar unos con otros”.

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Para la especialista, la salud mental se define como “la capacidad del individuo de reconocerse como un individuo, como una persona capaz de enfrentar problemas, es decir: ‘yo sí puedo enfrentar los problemas y seguir contribuyendo a la sociedad’”.

Consideró importante resaltar que una depresión tiene muchas caras y dimensiones, ya que depende de diversos factores, que van desde el grupo etario, hasta las condiciones de vida que se han experimentado y los recursos con los que una persona cuenta.

“Una depresión tiene que ver con una falta de recursos resilientes, con cierta fragilidad del individuo para enfrentar las cosas”, dijo.

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