Aunque el corredor de los restaurantes del Barrio Chino está abarrotado con mesas sobre las calles, este viernes no celebrarán el Año del Buey por la pandemia, rompiendo una tradición de más de 35 años de festejos donde más de 5 mil personas —entre turistas y capitalinos— acudían a la calle de Dolores.
“El año pasado fue complicado y con este evento pensábamos recuperarnos, pero ya nos pidió la autoridad que no hagamos nada”, comentó Ramón Vargas, jefe de meseros del Hong King.
Los comensales dijeron sentirse desilusionados, pero aprovecharon la oportunidad de acudir a ese tradicional lugar a degustar la comida y comprar recuerdos.
En esa calle pareciera que nunca existió el Covid, no les importó el semáforo rojo implementado por el Gobierno capitalino ante el alto número de contagios.
“Ya teníamos muchas ganas de salir, eso se extrañaba y pues aprovechamos que ya se puede comer en mesas y en las calles, porque no es lo mismo pedir para llevar que comer la comida recién hecha”, comentó Ramiro, quien salió con su familia a disfrutar el menú del restaurante MIN.
Él es sobreviviente del Covid, pero dos de sus tíos —adultos mayores— murieron por el virus. “También hay que festejar y celebrar la vida, la libramos y de eso se trata, vivir”, expuso.
Los visitantes son bien recibidos por los meseros, pues el cierre de los restaurantes durante el segundo semestre de 2020 les dejó una gran lección: apreciar más su trabajo. “Nos afectó de manera terrible, te puedo decir que 80% de los restaurantes corrieron gente porque no los podían mantener, no había cómo”.
“Ahora con este chance que nos están dando, pues más o menos nos estamos levantando y apenas creo que los van a empezar a recontratar, pero el que este año no tengamos ese festejo, si nos afecta, te digo, con eso esperábamos alivianarnos con la propina”, dijo el jefe de meseros quien estaba acostumbrado a que la celebración del año chino durara una semana.
“Se trata de ser un poco empáticos con los enfermeros, con los médicos, con la autoridad y sobre todo con nuestros clientes, estamos hablando que llegan más de 5 mil personas y con esa cantidad de gente es imposible tener un orden, un control. Nos afecta, pero preferimos aguantarnos y esperar el otro año cuando ya todo esté más tranquilo, ahora nos va tocar seguir aguantando.
“De cualquier manera la gente puede venir por sus recuerdos para comprar todo relacionado al Año del Buey. Tendremos platillos especiales y sorpresas, la idea es que no se pierda la tradición y que el Covid no nos apague a todos”, destacó Jesús Antonio Esparza, propietario del restaurante MIN, al tiempo que seguía atendiendo a los comensales que entraban y salían del lugar.
Para los capitalinos, la saturación de hospitales a 80% y que la Ciudad continúe en semáforo rojo, no es impedimento para que sigan abarrotando las calles del Centro Histórico o que lleguen a celebrar el año chino, “pues mira, ya todo está abierto, el Metro, el Metrobús y todo el transporte público está lleno, las plazas abiertas… entonces, es prácticamente una invitación a que salgamos, con cuidado, pero creo que la Ciudad ya está otra vez normal”, puntualizó Karen, quien desde el Estado de México llegó a visitar este tradicional lugar.