Ante la escasez de agua que enfrenta la Ciudad de México, la captación de lluvia es una alternativa. Este tipo de sistemas ya se utilizan en hogares y escuelas públicas, particularmente en las zonas más afectadas por el desabasto, como parte del programa Cosecha de Lluvia de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).
Sin embargo, ante la problemática que enfrenta la Ciudad, el uso de este tipo de sistemas tendrían que expandirse en toda la capital y área metropolitana, coinciden expertos.
La escuela primaria Quetzalcóatl, ubicada en la colonia Loma la Palma, en la alcaldía Gustavo A. Madero, forma parte de este programa, con la finalidad de utilizar el líquido para actividades diarias, como limpieza de patios y uso en lavabos y sanitarios.
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En una visita al plantel educativo, EL UNIVERSAL observó a un grupo de técnicos instalando tuberías que conectan a los separadores de agua de lluvias y a un tanque donde se almacena el agua.
El objetivo de estos sistemas es recuperar el agua de lluvia, para evitar que se desperdicie al caer al drenaje y, en su lugar, filtrarla para que pueda utilizarse en labores cotidianas como bañarse, en el caso de los hogares o el uso de sanitarios en escuelas. Cada sistema tiene un tiempo de vida de aproximadamente 20 años, y permite almacenar agua hasta para cinco meses.
Además del beneficio económico que representa para los usuarios contar con un sistema de captación de lluvia, en lugar de adquirir el líquido o solicitar pipas, existen varios beneficios ambientales de su uso, entre ellos, que permiten disminuir la extracción de agua de los acuíferos y otras fuentes que abastecen a la Ciudad de México y ante la sequía que enfrenta actualmente el Sistema Cutzamala tener la posibilidad de almacenar agua.
A la fecha, como parte del programa de la administración central, estos Sistemas de Cosecha de Lluvia (Scall), se han colocado en por lo menos 950 planteles educativos de bajos recursos en distintas zonas de la Ciudad y se prevé que en los próximos meses se amplíe a otras mil escuelas públicas. En el caso de viviendas, se estima que para este año sumen 73 mil viviendas con este tipo de instalación.
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Ante la escasez, llaman a impulsar el uso de captadores
Fabiola Sosa Rodríguez, jefa del área de crecimiento y medio ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que se estima que si estos sistemas se instalaran en por lo menos 30% de la Ciudad, el agua de lluvia podría atender a varios millones de personas, además de que podría disminuir los requerimientos de agua por varios meses, una vez que es almacenada en los dispositivos de colecta.
“Los sistemas de captación de lluvia de la Ciudad de México han sido un programa muy exitoso, que ha apoyado a los sectores, sobre todo, más vulnerables en la capital, donde hay una condición de marginación y también una falta de agua; se han instalado estos dispositivos de cosecha de agua de lluvia, que se conocen como los famosos Scall”, subraya.
En entrevista con esta casa editorial, la especialista señala que este tipo de estrategias tendrían que impulsarse no solamente en los hogares más afectados por la falta de agua y que presentan alguna condición de marginación, sino en todos los hogares de la zona metropolitana, al igual que en áreas de servicios, comercios e industriales, donde se utiliza mucha agua.
“Hacerlo como una práctica que todos los usuarios del agua tendrían que estar impulsando, y con ello seguramente los volúmenes de agua que requerimos, que se importan desde cuencas distantes o que necesitamos extraer del acuífero del Valle de México se reducirían de manera importante.
Entonces, definitivamente es un programa que habría que impulsar. Habría qué reflexionar de qué manera se puede impulsar, primero invitando a la ciudadanía, al sector privado y al mismo sector público a instalarlos y considerar en algún momento a lo mejor haciéndolo una disposición de ley, que los distintos edificios, hogares, lugares industriales, comerciales, edificios públicos estén cumpliendo con, a lo mejor, una obligación de poder instalar estos dispositivos”, indica.
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En septiembre de 2023, el jefe de Gobierno, Martí Batres, anunció una iniciativa precisamente para impulsar el uso de captadores de agua de lluvia en viviendas, así como en nuevas construcciones que se hagan en la Ciudad de México. Sin embargo, la propuesta aún está pendiente de aprobarse en el Congreso capitalino.
Por separado, Eric Morales Casique, investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisa a EL UNIVERSAL que si existiera un drenaje separado en Ciudad de México, que permitiera que las aguas negras salieran por un drenaje mientras que el agua de lluvia se pudiera encausar a otro lado, sería mucho más fácil obtener ese líquido y abastecer a cientos de ciudadanos en épocas de sequía o con pocas lluvias.
Desafortunadamente, la Ciudad desde su origen nunca se planeó con un sistema así, por lo que una alternativa es que cada quien en su hogar pueda aprovechar el agua de lluvia para su propio consumo, expone.
“Si hubiera esa separación sería menos difícil utilizar el agua de lluvia que cae directamente en la cuenca; actualmente, como esos dos tipos de agua se mezclan y se van a la alcantarilla, limpiarla ya es un reto; por eso, aprovechar agua de lluvia se pone difícil, a menos que se haga localmente en cada casa, sistemas muy pequeños que contribuyan con un granito de arena, a lo mejor si ocho millones de personas lo hacen ese es el panorama”, dice.