Alberto, de 30 años, recorría en silla de ruedas la alcaldía Iztapalapa para recoger la basura de los hogares del oriente de la capital. Una persona le ayudaba a empujar su carrito de metal en esa demarcación de la Ciudad de México donde hay más casos y defunciones por Covid-19 . Así lo hizo desde su adolescencia hasta el 6 de mayo que no podía respirar.
Sus parientes llamaron al 911 para pedir una ambulancia, pero ésta nunca llegó. Recorrieron tres hospitales, sin embargo, en todos la respuesta era que no había cupo hasta que llegaron al Hospital Regional General Ignacio Zaragoza del ISSSTE. A los pocos minutos de entrar a urgencias, él falleció. Entre las causas de muerte que constan en su acta de defunción figura: “caso sospechoso de Covid-19”.
Una semana antes, Alberto presentó gripa y tos, pero tras acudir con un médico particular mejoró. Por ello, su recaída días después, tomó por sorpresa a su familia. Así que fueron con otro médico que les dijo que ya estaba muy mal de los pulmones. “Si tú no lo internas o le pones oxígeno en cuestión de horas puede morir”, fue la última recomendación que recibieron.
Actualmente, en la capital hay 12 mil 556 personas que dieron positivo a la prueba del Sars cov 2 y que fueron dadas de alta de forma voluntaria o por mejoría; casos no graves; en tratamiento o en seguimiento domiciliario, según datos de la Base del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica para el seguimiento a posibles casos de Covid-19 en la Ciudad de México con corte al 25 de mayo. Lo anterior, sin tomar en cuenta los casos no registrados y los asintomáticos, lo cual elevaría las cifras de personas infectadas con el virus.
Los trabajadores de limpia tienen un mayor riesgo de contagio y exposición a enfermedades por tener contacto directo con residuos, pero ahora qué hay tantas personas aisladas, que posiblemente estén infectadas y que están produciendo residuos que, a su vez, están infectados ellos tienen más vulnerabilidad de contagio, dice Tania Espinosa Sánchez coordinadora para la CDMX de Women in Informal Employment: Globalizing and Organizing (Weigo, por sus siglas en inglés), que trabajan con voluntarios de limpia.
Antes de la pandemia, Alberto estaba emocionado porque era candidato para una prótesis y pronto volvería a caminar, pues un año antes le amputaron el dedo pequeño del pie izquierdo, pero la herida se le infectó y junto con la diabetes complicaron su caso. Después tuvo otra intervención quirúrgica para amputarle cinco dedos arriba de la rodilla del mismo pie. Ahora su madre ciega y su padre mayor quedaron desamparados porque él sostenía su hogar.
EL UNIVERSAL entrevistó a siete trabajadores de limpia de las alcaldías: Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Tláhuac y Venustiano Carranza. Ninguno sabe a ciencia cierta las medidas que deben seguir para evitar el contagio de Covid-19 ni cuentan con equipos de protección suficientes para usar en sus recorridos. Tampoco la ciudadanía les avisa qué contienen las bolsas de basura que les entregan ni si éstas pudieran estar contaminadas.
Medidas de protección, solo en papel
Gael abrió una de las bolsas de basura que le entregó una mujer, en la alcaldía Tláhuac, para vaciarla en un bote de su carrito de metal en donde recoge residuos en dicha zona. Ella le insistía en que se llevara las bolsas, pero no le advirtió nada más hasta después. “Me dijo: no señor, no la hubiera roto porque es ropa y cosas de un familiar que murió y tenía Covid y, pues yo me pregunté, ¿por qué no me aviso antes?”
En ese momento, la única protección que Gael traía consigo era un cubrebocas porque, explica, que la entrega de insumos de protección es intermitente. Así que se apresuró a comprar jabón y cloro para lavarse las manos.
“Yo diría que nos deberían de dar mascarillas y guantes adecuados para nuestro trabajo porque nos dan de látex, pero a la hora de usarlos inmediatamente se nos rompen porque esos no son para el uso que necesitamos”.
En la Ciudad de México hay un registro de 8 mil 155 barrenderos y 3 mil 277 operadores de vehículos recolectores, dice el Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México del año 2018. Respecto a los voluntarios, quienes ayudan con la recuperación de materiales reciclables y no perciben ningún sueldo, se estima que son alrededor de 10 mil, indica Weigo. En total, suman alrededor de 21 mil 432 personas que trabajan en el sector de limpia de la capital.
Durante la pandemia, el gobierno de la Ciudad de México pidió a la sociedad, a través de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) y de Salud (Sedesa), “separar correctamente sus residuos en orgánicos, inorgánicos reciclables y sanitarios, con la finalidad de evitar la propagación del Covid-19 y proteger a los trabajadores de limpia”, según un comunicado publicado en abril.
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Cubrebocas, pañuelos desechables, chicles, cepillos de dientes, guantes, colillas de cigarros, envases de medicamentos, jeringas, apósitos y gasas deben mantenerse en una bolsa por separado y rotularse con la leyenda “residuos sanitarios” y antes de entregarlos deben rociarse por dentro y por fuera con agua clorada, enfatiza el documento. Si en una casa hubiera una persona con sospecha de contagio se aconseja seguir los mismos pasos, así como evitar los desechables y mantener los residuos 72 horas en casa antes de darlos para su recolección.
Sin embargo, los trabajadores de limpia entrevistados coincidieron en que a lo mucho la gente separa los residuos en dos categorías: orgánicos e inorgánicos y, que estos últimos están mezclados con los sanitarios. Algunas alcaldías otorgaron bolsas especiales para entregar a la ciudadanía para que depositen residuos sanitarios, pero a la fecha de las entrevistas ninguna había sido devuelta por la gente.
Juan y la mayoría de sus compañeros, quienes son trabajadores de limpia en la alcaldía Coyoacán, están preocupados por lo que ven en las noticias y la información de las personas que han fallecido por el virus. “Sí, nos preocupa porque ahora, así como los doctores están en la línea número uno, nosotros también estamos en esa línea porque de la basura que recolectamos no sabemos si es de enfermos de Covid-19”.
Pueden haber lineamientos, pero de ahí a que los socialicen tanto con la población como con el personal de limpia son dos cosas diferentes. No basta con que existan sino que hay un deber de la autoridad encargada del servicio público, que en el caso de la Ciudad de México son las alcaldías, la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Obras y Servicios e incluso hasta la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo quienes deberían de estar activamente informando y capacitando al trabajador de limpia, dice Tania Espinosa de Weigo.
Condiciones precarias aumentan en pandemia
“Hemos visto disminuido el ingreso y aumentando el montón, así se le llama a la basura que genera la gente para no darte un peso o dos pesos. Ese montón van y lo tiran a la esquina y hay que levantarlo todos los días”, cuenta María, una trabajadora de limpia de la alcaldía Venustiano Carranza. La mujer, que es madre soltera y el único sostén de su familia, comenta que los ingresos que percibe son bajos y que tiene miedo de contagiarse.
Uno de los compañeros de María falleció recientemente y ella comenta que en su acta de defunción se asentó “ caso sospechoso de Covid-19 ”. A los familiares del hombre se les pidió que tiraran toda la ropa, colchón, sábanas y edredones que hubiera usado por poder estar contagiados por el virus.
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“A los jefes no les interesa si estamos bien o si estamos mal, al final del día, los únicos que quedan bien son ellos y los únicos expuestos que salimos a la calle somos nosotros”, señala María.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicó la Cartilla de Mejores Prácticas para la Prevención de Covid-19 en el Manejo de Residuos Sólidos Urbanos (RSU). En el documento se indican que la permanencia del virus en los materiales que conforman estos residuos los convierte en un posible eslabón en la cadena de transmisión epidemiológica.
El virus puede sobrevivir horas o días en diversos materiales como: aluminio, cobre, cartón, acero, vidrio, madera, papel y plástico, se indica en el comunicado de la Sedesa y la Sedema.
“En nuestro país el manejo de los RSU implica regularmente que los separadores rompan las bolsas para que los RSU sean removidos durante la cadena de gestión. Siendo muy probable que, al entrar estos en contacto físico directo con decenas, cientos o miles de personas antes de su disposición final, se conviertan en una fuente adicional de riesgo para la población en general y para todos los involucrados en su manejo.”
Los trabajadores de limpia acompletan sus ingresos con la venta de materiales reciclables, pero sus superiores les han dicho que eviten recolectarlos. Sin embargo, explican que no pueden darse el lujo de dejar de hacerlo porque no les alcanzaría para mantener a sus familias.
Otro de los problemas que enfrentan es que los tianguis en donde vendían las “chacharas” -ropa, zapatos, juguetes o utensilios en buen estado- no se están poniendo y esto reduciendo el dinero percibido.
Las propinas también han bajado porque muchas personas dejan sus bolsas fuera de sus casas o por la situación actual tampoco tienen dinero. Por ello, solicitan un aumento de salario o tener acceso al bono de infectoriesgo que solo tienen los empleados sindicalizados.
“Sale la gente y lo ven a uno como el coronavirus en persona y casi, casi le avientan la bolsa a uno o se la dan de lejitos y se echan a correr, pero cuando les decimos de la propina se van, se olvidan de nosotros, cuenta Mario. Los trabajadores de limpia ganan en promedio mil 500 pesos a la quincena, si son de base ganan un poco más, pero los que son voluntarios sólo perciben las propinas que les da la gente.
En la capital del país, se estima que entre el año 2014 y el 2018 la generación de residuos sólidos pasó de 12 mil 893 a 13 mil 073 toneladas diarias, lo que significa un aumento de 45 toneladas al día, según datos de la Secretaría de Obras y Servicios contenidos en el Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México 2018.
En ese mismo año, se detectó que la principal fuente generadora de residuos sólidos fue la domiciliaria con el 48%.
Se buscó a la Secretaría de Obras y Servicios y explican que ellos están a cargo de la red vial primaria y las medidas que están tomando son las que presentaron en el protocolo de obras para la emergencia por COVID-19.
La secretaría dice que no tiene registro de ninguna defunción, pero sí de tres contagios.
En caso de que alguno de los trabajadores falleciera serían las empresas que los contrataron quienes se harían cargo de ver el tema, señala la secretaría.
“A todos los trabajadores y trabajadoras se les mide la temperatura, se les proporciona gel, se lavan las manos antes y después de su jornada de trabajo, además traen cubrebocas y mascarillas”.
Para este reportaje se buscó la postura de la Alcaldía Iztapalapa, pero no respondió.
Ana Laura Martínez Valenzuela, coordinadora del Comité México de la Iniciativa Regional de Reciclaje Inclusivo dice que ojalá este momento de emergencia sirva para focalizar atención en trabajadores vulnerables que son esenciales para el funcionamiento de una sociedad.
*Los nombres de los testimonios fueron cambiados para su protección.
hm