Decenas de vendedores instalaron de nuevos sus puestos alrededor y dentro de la Alameda Central, así como en sus inmediaciones con el palacio de Bellas Artes, pese a la presencia policiaca que hay en la zona.
Tres días después del ataque a la activista, Diana Sánchez Barrios, a unas calles de la Alameda, la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) es más notoria en torno al parque público, pero eso no ha impedido la actividad del comercio informal.
La explanada del Palacio de Bellas Artes, y su costado que dan hacia Eje Central y avenida Juárez, así como la acera sur de avenida Hidalgo, están libres de vendedores, y es donde se observaron más uniformados de la SSC.
En contraste, del lado de avenida Juárez y en las inmediaciones de Bellas Artes y la Alameda, había menos policías y se observó mayor concentración de puestos ambulantes, algunos con todo y anafres.
En las fuentes y pasillos de la Alameda Central, la vendimia continuó sin restricciones este domingo, ante la mirada de los elementos policiacos, quienes dijeron que no tienen órdenes de retirar a los ambulantes.
EL UNIVERSAL publicó el lunes 14 de octubre, que las vallas metálicas y de popotillo que durante dos meses cercaron la Alameda Central fueron retiradas, y alrededor de 200 ambulantes han regresado al emblemático parque público, el cual ahora luce sitiado por los puestos de los vendedores que se tienden en pasillos, jardines y las aceras que delimitan su área.
En respuesta, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, dio a conocer ese día que instruyó al secretario de Gobierno, César Cravioto, para que se haga un plan de reordenamiento de la vía pública en la Alameda Central ante el comercio ambulante que se ha instalado en este punto de la capital, y consideró que se debe hacer un “replanteamiento” de la participación del comercio en dicho espacio, que evite la llegada de más comerciantes.
LL