La música, el turismo y los viajes en trajineras regresaron a los embarcaderos de Xochimilco, luego de casi seis meses de cierre por la crisis sanitaria de Covid-19; pero, ahora, los visitantes y trabajadores deben seguir protocolos sanitarios como uso forzoso de cubrebocas, gel antibacterial, líquidos sanitizantes y una ocupación de 30% en cada embarcación.
Las actividades se reactivaron ayer en los 11 embarcaderos turísticos desde las 9:00 de la mañana hasta las 18:00 horas.
Muy temprano desinfectaron los embarcaderos, trajineras, mesas y asientos. Los prestadores de servicios turísticos exhortaban a los visitantes a apegarse a las medidas sanitarias.
En las trajineras el cupo será de 12 personas para las más grandes y ocho para las pequeñas, posteriormente pasarán a una sanitización completa.
Durante los primeros minutos de reapertura, todos los trabajadores esperaban un primer visitante y para eso tuvieron que pasar un par de horas, aunque no fueron muchas las familias las que arribaron a Xochimilco.
Berenice y Sergio llegaron desde Chihuahua a la capital del país, y uno de sus recorridos turísticos fue en el embarcadero de Nativitas, uno de los más grandes y concurridos por la gente, antes de la contingencia sanitaria.
“Me siento segura, están tomando las precauciones debidas, por eso decidimos venir”, dijo Berenice, a quien antes de subir a la embarcación, le tomaron su temperatura, proporcionaron gel antibacterial y una vez en la trajinera se le roció líquido sanitizante, al igual que a su pareja.
EL UNIVERSAL realizó un recorrido en esta zona y observó toda la operación para salvaguardar la sana distancia. Los trabajadores se mostraron entusiasmados y a la expectativa, a pesar de la poca gente.
Una familia llegó al mediodía para ocupar una trajinera, se sacaron fotos, compraron alimentos y pasaron un viernes soleado sobre los canales. “Ya era hora”, expresó una señora, quien registró con su celular cómo su familia se acomodaba para el paseo.
El sonido del mariachi estuvo presente en la reanudación de los recorridos, portando sus cubrebocas, alentaban al público a subirse a las trajineras en la nueva normalidad.
Para alentar al público, los chinamperos contrataron a músicos para que engalanaran la entrada de los pocos turistas con salsa y cumbia. Sobre los canales, la marimba, los tríos y mariachis, agradecieron la apertura, tocaron para los visitantes, sin dejar de respetar las medidas sanitarias.
A ninguno se le observó sin cubrebocas, otros se reforzaron con el uso de una careta.
La Policía Ribereña realizaba recorridos para observar que se cumplieran con las medidas, y la poca gente que llegó disfrutó de un viernes diferente, en medio del semáforo naranja.
Los visitantes deberán pasar por los protocolos desde su llegada, pues se espera que en los próximos días sea colocado un cubo sanitizante por donde deberán ingresar las personas, como una primera fase de limpieza.
Seguido, al rentar alguna trajinera, los representantes de las embarcaciones tomaran la temperatura de cada uno de los tripulantes, se les aplicará gel antibacterial y así se les permitirá el ingreso. Adentro se les rociará un poco de sanitizante, para iniciar con el recorrido.
A los visitantes se les toma la temperatura, se les ofrece gel antibacterial y dentro de la embarcación se les rocía sanitizante
Aunque durante el paseo los usuarios podrán quitarse el cubrebocas, los chinamperos no lo harán, por lo que aquellas personas que no cumplan con las medidas serán sancionadas con una semana sin trabajo, contó Iván Barbosa, presidente del Embarcadero Nuevo Nativitas.
El protocolo contempla que de las cerca de 100 trajineras que hay en Nativitas, sólo 20 puedan estar en recorrido, y los chinamperos trabajarán un día sí y otro no.
El consumo de bebidas alcohólicas será permitido, pero los visitantes deberán llevar su consumo o podrán comprar una cubeta con cervezas o refrescos.